• el año pasado
Hay un viejo refrán, que en las hemerotecas se atribuye a Maquiavelo, según el cual "piensa mal y acertarás”.
No soy pesimista y tiendo a ver luz donde otros vislumbran sombras, pero les confieso que me temo lo peor.
Este 9 de noviembre de 2023, mientras el socialista Sánchez entregaba España a sus amigos delincuentes y separatistas, Alejo Vidal-Quadras recibía un balazo en la cabeza.
En la Cadena SER y en Antena 3, tratando de curarse en salud, anunciaron a toda prisa que el fundador de VOX, ex presidente del PP en Cataluña y exvicepresidente del Parlamento Europeo podría haber sido víctima de un atraco.
Sin saber nada, sin criterio alguno y haciendo gala de una estulticia bíblica, los periodistas amarrados al ‘pesebre sanchista’ citaron hasta a la banda de los relojes Rolex.
Se temían, los muy majaderos, que en plena claudicación ante los golpistas catalanes, irrumpiera como elefante en cacharrería la noticia de que los sicarios homicidas eran de la misma cuerda que los de aquel siniestro Exèrcit Popular Català que, ya en democracia, adosaron una bomba al pecho del empresario José María Bultó y tras exigirle 500 millones de pesetas, lo reventaron.
A los asesinos de Bultó, que sólo pasaron cinco meses entre rejas, porque fueron parte del nutrido tropel de facinerosos beneficiados por la desquiciada amnistía de 1977, los calificó de "gran reserva del independentismo” el periodista Xavier Grasset en un informativo de TV3.
Cuando se hizo evidente que lo de Vidal-Quadras no era un robo, sino un intento de asesinato en toda regla perpetrado por profesionales del crimen, filtraron desde el Ministerio del Interior de Marlaska, el mismo que da órdenes de apalear a reporteros como nuestro querido Josué Cárdenas, que Irán podría estar detrás del atentado, debido a los vínculos de Alejo con la oposición antiayatolá.
Imagino que esos merluzos no cayeron en la cuenta de que estaban apuntando a los mismos que financiaban la televisión de Podemos.
No lo se, pero tendría coña que los pistoleros fueran parte del mismo entramado que pagaba el móvil de Pablo Iglesias o de ese espanto llamado Hamas, al que alaban Ione Belarra, Yolanda Díaz y otros ministros del Gobierno Sánchez.
Queremos saber.
Queremos saber como es posible que en la España del siglo XXI, en el corazón de Madrid y a plena luz del día, es posible que descerrajen un balazo en la cara al expresidente del Parlamento Europeo.
Al expresidente del PP en Cataluña, quien casualmente resulta que es fundador de VOX y habla cotidianamente, con dureza, contra la traición de Sánchez y las estupideces de sus ministros.
Cierto que Marlaska anda muy ocupado organizando el gaseamiento de los patriotas que protestan contra la infamia ante la sede del PSOE en Ferraz, pero algo tiene que decir.
¿No se enteró de nada?
¿No detectaron sus infiltrados conspiración alguna?
¿No han leído sus asesores en X el tuit en el que la agrupación Joves Junts aplaude el balazo y dice que ese el camino para acabar con el fascismo.
¿No

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