La guerra en la sombra es una guerra que oficialmente no existe. Mercenarios, hackers y drones sustituyen a los ejércitos regulares, llevando el peso de los conflictos.
Los Estados se desvinculan de su responsabilidad, impulsando una privatización de la violencia. La guerra en la zona gris es un negocio creciente en el que mercenarios y la industria armamentística digital llevan a cabo ataques cuyos contratantes prefieren permanecer en la sombra.
Pese a la superioridad de su ejército, Estados Unidos terminó retirando sus tropas de dos "guerras eternas" tras haber consumido ingentes recursos. Sin embargo, aunque sus fuerzas armadas, equipadas con lo último en tecnología, fracasaran en Afganistán, Estados Unidos continúa defendiendo su supremacía más allá de los conflictos oficiales mediante comandos especiales, asesinatos selectivos ejecutados mediante drones, hackeos y espionaje tecnológico. Con ello se difuminan las líneas que separan la guerra de la paz.
La guerra del futuro se desarrolla cada vez más en una zona gris, como en el caso de Ucrania. El reportaje expone cómo mercenarios y hackers rusos desestabilizan y aumentan las divisiones en el país. Expertos ucranianos, estadounidenses y alemanes hablan sobre el ciberataque más devastador cometido hasta ahora: NotPetya, que se gestó en Ucrania. El ciberespacio se ha militarizado durante la pasada década. Los ciberataques se han convertido en un lucrativo negocio subvencionado por los estados. Mercenarios digitales venden software de espionaje a regímenes autoritarios. Ciberdelincuentes se ofrecen al mejor postor, atacando cualquier objetivo con el que se pueda ganar dinero, empleando herramientas de tipo ransomware.
Sin embargo, también la exportación de soldados es un negocio próspero ante la reticencia de los estados a enviar a sus tropas al frente. El experto Sean McFate informa sobre un negocio que crea su propia demanda. "El mundo de los mercenarios es un mundo que depende de la guerra", advierte.
A medida que aumentan los conflictos de baja intensidad, Estados Unidos se retira de las guerras convencionales. A cambio, envía drones a lugares remotos para terminar con sus enemigos, o con quienes considera que lo son. Por primera vez hablan en un documental Jaled y Ahmed bin Ali Jaber, quienes perdieron a dos familiares en un ataque estadounidense con drones en Yemen. La familia ha denunciado al Gobierno alemán, ya que la operación fue dirigida desde la base aérea de Ramstein.
[El documental se estrenó originalmente en 2021]
Los Estados se desvinculan de su responsabilidad, impulsando una privatización de la violencia. La guerra en la zona gris es un negocio creciente en el que mercenarios y la industria armamentística digital llevan a cabo ataques cuyos contratantes prefieren permanecer en la sombra.
Pese a la superioridad de su ejército, Estados Unidos terminó retirando sus tropas de dos "guerras eternas" tras haber consumido ingentes recursos. Sin embargo, aunque sus fuerzas armadas, equipadas con lo último en tecnología, fracasaran en Afganistán, Estados Unidos continúa defendiendo su supremacía más allá de los conflictos oficiales mediante comandos especiales, asesinatos selectivos ejecutados mediante drones, hackeos y espionaje tecnológico. Con ello se difuminan las líneas que separan la guerra de la paz.
La guerra del futuro se desarrolla cada vez más en una zona gris, como en el caso de Ucrania. El reportaje expone cómo mercenarios y hackers rusos desestabilizan y aumentan las divisiones en el país. Expertos ucranianos, estadounidenses y alemanes hablan sobre el ciberataque más devastador cometido hasta ahora: NotPetya, que se gestó en Ucrania. El ciberespacio se ha militarizado durante la pasada década. Los ciberataques se han convertido en un lucrativo negocio subvencionado por los estados. Mercenarios digitales venden software de espionaje a regímenes autoritarios. Ciberdelincuentes se ofrecen al mejor postor, atacando cualquier objetivo con el que se pueda ganar dinero, empleando herramientas de tipo ransomware.
Sin embargo, también la exportación de soldados es un negocio próspero ante la reticencia de los estados a enviar a sus tropas al frente. El experto Sean McFate informa sobre un negocio que crea su propia demanda. "El mundo de los mercenarios es un mundo que depende de la guerra", advierte.
A medida que aumentan los conflictos de baja intensidad, Estados Unidos se retira de las guerras convencionales. A cambio, envía drones a lugares remotos para terminar con sus enemigos, o con quienes considera que lo son. Por primera vez hablan en un documental Jaled y Ahmed bin Ali Jaber, quienes perdieron a dos familiares en un ataque estadounidense con drones en Yemen. La familia ha denunciado al Gobierno alemán, ya que la operación fue dirigida desde la base aérea de Ramstein.
[El documental se estrenó originalmente en 2021]
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