En marzo de 2019, un Boeing 737 MAX se estrelló poco después de despegar en Etiopía. 157 personas murieron. ¿Cómo pudo suceder? ¿Ocultó Boeing defectos en el sistema de seguridad del avión? ¿Hubo errores por parte de las autoridades de aviación?
El último modelo del avión más vendido del mundo ya no está autorizado a volar desde el accidente de Ethiopian Airlines. Solo cuatro meses antes, un aparato del mismo tipo se había estrellado en Indonesia, causando la muerte de las 189 personas a bordo. En ambos casos se considera que la causa del accidente fue un software defectuoso cuya existencia se había ocultado a los pilotos. Todo pasajero confía, sin embargo, en que un sofisticado sistema de reglamentos para la seguridad aérea sumado a la perfección técnica haga de los aviones un medio de transporte seguro, en el que los accidentes mortales no son imposibles, pero sí muy poco probables.
El reportaje muestra que, si bien la causa más inmediata de los accidentes fue un fallo en el software, un examen más profundo revela un grave fallo del sistema en su conjunto.
Las fuerzas del mercado interactúan de una manera compleja y tienen en este contexto un papel clave. La presión de los precios y la búsqueda de beneficios influyen notablemente en el diseño y la certificación de una aeronave. En la lucha por obtener el máximo partido económico, el afán por la seguridad en Boeing pasa a un peligroso segundo plano. Un dilema que aparentemente no se limita solo al modelo de aeronave en cuestión. Según los expertos, lo más probable es que otros modelos del que durante décadas ha sido el mayor fabricante de aviones del mundo también presenten problemas.
Con su trabajo de investigación, los autores de este documental ponen de manifiesto la necesidad de modificar las estructuras de producción de los aviones comerciales para prevenir futuras catástrofes.
Actualización, noviembre 2020: la Administración Federal Aérea de EE.UU. ha autorizado que los 737 MAX de Boeing vuelvan a volar con pasajeros. Sin embargo, es poco probable que todas las aerolíneas vuelvan a transportar pasajeros antes de 2021.
El último modelo del avión más vendido del mundo ya no está autorizado a volar desde el accidente de Ethiopian Airlines. Solo cuatro meses antes, un aparato del mismo tipo se había estrellado en Indonesia, causando la muerte de las 189 personas a bordo. En ambos casos se considera que la causa del accidente fue un software defectuoso cuya existencia se había ocultado a los pilotos. Todo pasajero confía, sin embargo, en que un sofisticado sistema de reglamentos para la seguridad aérea sumado a la perfección técnica haga de los aviones un medio de transporte seguro, en el que los accidentes mortales no son imposibles, pero sí muy poco probables.
El reportaje muestra que, si bien la causa más inmediata de los accidentes fue un fallo en el software, un examen más profundo revela un grave fallo del sistema en su conjunto.
Las fuerzas del mercado interactúan de una manera compleja y tienen en este contexto un papel clave. La presión de los precios y la búsqueda de beneficios influyen notablemente en el diseño y la certificación de una aeronave. En la lucha por obtener el máximo partido económico, el afán por la seguridad en Boeing pasa a un peligroso segundo plano. Un dilema que aparentemente no se limita solo al modelo de aeronave en cuestión. Según los expertos, lo más probable es que otros modelos del que durante décadas ha sido el mayor fabricante de aviones del mundo también presenten problemas.
Con su trabajo de investigación, los autores de este documental ponen de manifiesto la necesidad de modificar las estructuras de producción de los aviones comerciales para prevenir futuras catástrofes.
Actualización, noviembre 2020: la Administración Federal Aérea de EE.UU. ha autorizado que los 737 MAX de Boeing vuelvan a volar con pasajeros. Sin embargo, es poco probable que todas las aerolíneas vuelvan a transportar pasajeros antes de 2021.
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