Tiene el socialista Pedro Sánchez como socios estables al ex jefe de la banda terrorista ETA, Arnaldo Otegi, a los golpistas catalanes y a los zarrapastrosos de Podemos.
Pero lo acongojante no es que Sánchez gobierne España con mangantes, sino que lo hace para ellos.
Sin matices ni disimulos, por mucho que cínicos como García Page, Vara o Lambán pongan cara de ‘yo no he sido’.
Con la reducción de tres años de cárcel a un tipo condenado por fornicar con un niño de 14 años, ya son 137 los violadores y agresores sexuales que se han beneficiado del proyecto estrella de Irene Montero.
Igual que la ley del sólo sí es sí es un coladero para centenares de tarados, que han visto reducidas sus penas o puestos en libertad, la rebaja del delito de malversación se convertirá ahora en el ungüento amarillo de los corruptos en prisión o camino de ella.
Pero atención, porque hay diferencias esenciales entre el bodrio legal del Ministerio de Igualdad y el cepillado del Código Penal en la malversación.
Los efectos de la ley del sólo sí es sí son consecuencia de la ineptitud, incompetencia, soberbia y dogmátismo de Irene Montero y de la irresponsabilidad de un Consejo de Ministros, que se traga cualquier memez que el jefe les pone delante.
Las consecuencias de rebajar las penas a los corruptos no serán en ningún caso fruto de la impericia, sino de la voluntad expresa de Sánchez, quien para seguir contando con el apoyo de ERC necesitaba aliviar el horizonte penal de los golpistas catalanes, especialmente el de Junqueras.
No era voluntad de la cónyuge de Pablo Iglesias premiar a los violadores, pero si quería Sánchez gratificar a los separatistas catalanes y lo ha hecho plenamente consciente de que en la jugada podrían salir beneficiados un montón de corruptos.
Ya hemos empezado con los estafadores de ‘Acuamed’ y seguro que en breve llegan los de ‘Kitchen’, ‘Lezo’ y el resto.
Se van a ir de rositas hasta Ximo Puig y todos lo trincones del ‘Caso Azud’ donde aparecen de refilón desde pepito Blanco al ex ministro Ábalos, porque ya tenemos claro que Sánchez gobierna para los mangantes.
Para su desgracia, porque daba por supuesto que el cepillado del Código Penal se iba a disipar con los vapores del champán de Nochevieja, esto va a ser un goteo inclemente de aquí a las elecciones.
A ver si la gente lo tiene claro y nos deshacemos de esta peste.
Pero lo acongojante no es que Sánchez gobierne España con mangantes, sino que lo hace para ellos.
Sin matices ni disimulos, por mucho que cínicos como García Page, Vara o Lambán pongan cara de ‘yo no he sido’.
Con la reducción de tres años de cárcel a un tipo condenado por fornicar con un niño de 14 años, ya son 137 los violadores y agresores sexuales que se han beneficiado del proyecto estrella de Irene Montero.
Igual que la ley del sólo sí es sí es un coladero para centenares de tarados, que han visto reducidas sus penas o puestos en libertad, la rebaja del delito de malversación se convertirá ahora en el ungüento amarillo de los corruptos en prisión o camino de ella.
Pero atención, porque hay diferencias esenciales entre el bodrio legal del Ministerio de Igualdad y el cepillado del Código Penal en la malversación.
Los efectos de la ley del sólo sí es sí son consecuencia de la ineptitud, incompetencia, soberbia y dogmátismo de Irene Montero y de la irresponsabilidad de un Consejo de Ministros, que se traga cualquier memez que el jefe les pone delante.
Las consecuencias de rebajar las penas a los corruptos no serán en ningún caso fruto de la impericia, sino de la voluntad expresa de Sánchez, quien para seguir contando con el apoyo de ERC necesitaba aliviar el horizonte penal de los golpistas catalanes, especialmente el de Junqueras.
No era voluntad de la cónyuge de Pablo Iglesias premiar a los violadores, pero si quería Sánchez gratificar a los separatistas catalanes y lo ha hecho plenamente consciente de que en la jugada podrían salir beneficiados un montón de corruptos.
Ya hemos empezado con los estafadores de ‘Acuamed’ y seguro que en breve llegan los de ‘Kitchen’, ‘Lezo’ y el resto.
Se van a ir de rositas hasta Ximo Puig y todos lo trincones del ‘Caso Azud’ donde aparecen de refilón desde pepito Blanco al ex ministro Ábalos, porque ya tenemos claro que Sánchez gobierna para los mangantes.
Para su desgracia, porque daba por supuesto que el cepillado del Código Penal se iba a disipar con los vapores del champán de Nochevieja, esto va a ser un goteo inclemente de aquí a las elecciones.
A ver si la gente lo tiene claro y nos deshacemos de esta peste.
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