El Seaview. en medio de las pruebas de un dispositivo de guia experimental para su uso contra misiles hostiles, recoge a dos hombres que son, en realidad, asesinos fugados de una prisión de una isla de las Bahamas. Nelson se ofrece de inmediato a llevarlos a las Bahamas en el sub-aéreo y los dos se dan cuenta de que se les ha acabado el chollo. Sabotean la campana de buceo y disparan a los controles del Seaview con ametralladoras, lo que hace que se estrelle contra un saliente de las profundidades marinas y acabe en los brazos de la criatura mortal que da título al episodio. Estos matones, a su debido tiempo, se apoderan del el sub-aéreo, (lo que nono es una buena idea cuando no sabes cómo manejar el vehículo y hay un monstruo convenientemente acechando y esperando en las profundidades.
Crane hace estallar a la criatura con el láser del Seaview y logra rescatar el sub-aéreo y a los dos maleantes, que disparan a Kowalksi en la cabeza mientras recuperan su libertad en el Seaview. En una lucha posterior tratando de escapar, Dobbs mata a Hawkins en lugar de a la tripulación del Seaview a la que apunta, y luego se lanza a la escotilla de escape. Al salir del submarino, la presión le mata mientras se dirige a la superficie, intentando escapar.
El Seaview se queda luchando atrapado en las garras de la criatura mortal y Nelson debe arriesgarse a disparar un misil contrarreloj a la bestia para poder escapar. La treta funciona y el Seaview escapa una vez más de las garras de un monstruo de las profundidades. Crane y Nelson son vistos por última vez charlando en la cabina de observación acerca de cómo tal vez la criatura muda y los dos hombres no tenían ninguna opción real en lo que eran y cómo actuaban. Eran sus naturalezas.
Crane hace estallar a la criatura con el láser del Seaview y logra rescatar el sub-aéreo y a los dos maleantes, que disparan a Kowalksi en la cabeza mientras recuperan su libertad en el Seaview. En una lucha posterior tratando de escapar, Dobbs mata a Hawkins en lugar de a la tripulación del Seaview a la que apunta, y luego se lanza a la escotilla de escape. Al salir del submarino, la presión le mata mientras se dirige a la superficie, intentando escapar.
El Seaview se queda luchando atrapado en las garras de la criatura mortal y Nelson debe arriesgarse a disparar un misil contrarreloj a la bestia para poder escapar. La treta funciona y el Seaview escapa una vez más de las garras de un monstruo de las profundidades. Crane y Nelson son vistos por última vez charlando en la cabina de observación acerca de cómo tal vez la criatura muda y los dos hombres no tenían ninguna opción real en lo que eran y cómo actuaban. Eran sus naturalezas.
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