La semana antes de Navidad, Nelson, Crane y compañía deben escoltar al joven príncipe Ang de vuelta a su tierra natal a bordo del Seaview. El padre del niño, el rey, ha muerto, víctima de un asesinato. Acompañado por su ayuda de cámara, su institutriz y el coronel Meger, el príncipe debe volver a casa para asumir el trono Durante el viaje, enfadado, asustado e inexperto, procede a comportarse como un niño malcriado de la realeza. Tras un intento de asesinato a bordo y un ataque con torpedos por parte de otro submarino, es evidente que alguien quiere al príncipe muerto.
Casualmente, el Seaview recoge a un superviviente de un naufragio, un enigmático personaje llamado John con el que el príncipe Ang queda fascinado. Pronto se ve que John ejerce una influencia positiva sobre el muchacho, transmitiéndole que debe madurar y dejar de hacer berrinches, y que debe estar a la altura del reto que le espera cuando llegue a casa. Se superan los obstáculos, incluida una institutriz conspiradora, y un levantamiento rebelde en su país tras el cual el joven príncipe es declarado muerto. Una retransmisión televisiva del futuro rey acaba con esa idea, y Ang regresa a casa con el viejo John, que desaparece misteriosamente, dejando sólo su flauta tras la instalación del recién confiado príncipe. Nelson señala más tarde, con una sonrisa de pesar, que recogieron al Viejo Jhon cerca de las islas de Navidad.
Casualmente, el Seaview recoge a un superviviente de un naufragio, un enigmático personaje llamado John con el que el príncipe Ang queda fascinado. Pronto se ve que John ejerce una influencia positiva sobre el muchacho, transmitiéndole que debe madurar y dejar de hacer berrinches, y que debe estar a la altura del reto que le espera cuando llegue a casa. Se superan los obstáculos, incluida una institutriz conspiradora, y un levantamiento rebelde en su país tras el cual el joven príncipe es declarado muerto. Una retransmisión televisiva del futuro rey acaba con esa idea, y Ang regresa a casa con el viejo John, que desaparece misteriosamente, dejando sólo su flauta tras la instalación del recién confiado príncipe. Nelson señala más tarde, con una sonrisa de pesar, que recogieron al Viejo Jhon cerca de las islas de Navidad.
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