Las escritoras mujeres son menos publicadas, leídas y premiadas en el mundo y la historia de la literatura. Para honrar esas voces marginadas y traer las obras escritas por autoras al centro de los debates literarios, todo el acervo de la librería paulistana Gato sem Rabo ("Gato sin cola", en español) está compuesto por obras escritas por mujeres.
Inaugurada hace pocas semanas en Villa Buarque, en el centro de São Paulo, su fundadora, Johanna Stein, quiere que la librería sea un espacio para nuevas perspectivas. “La gente empezó a preguntar cada vez más por estas voces periféricas que habían quedado fuera de los cánones universales durante tanto tiempo. Voces de mujeres, de mujeres afrodescendientes y de tantos otros gatos sin cola, esos animales extraños que se quedaron en la periferia durante tanto tiempo”, dijo Stein.
El nombre de la librería está inspirado en el ensayo de Virginia Woolf "A Room of One's Own” ("Una habitación propia"), en el que la autora británica se refiere a las mujeres que se atreven a entrar en entornos académicos y literarios tradicionalmente dominados por los hombres como "gatos sin cola".
El proyecto es pionero por la exclusividad del catálogo y porque innova en el tradicional mercado editorial brasileño. Una encuesta realizada por la iniciativa Retratos de Lectura en Brasil entre 2015 y 2019 mostró que hubo una caída de alrededor de 4.6 millones de lectores en ese periodo. Junto con la reducción de la lectura, también hubo una disminución en el número de librerías; en 2001, el 42% de las ciudades brasileñas tenían al menos una librería y en 2018 sólo el 17% de los municipios.
Para un país que lee un promedio de cinco libros al año, cuantos más gatos sin cola haya en las ciudades, mejor.
Inaugurada hace pocas semanas en Villa Buarque, en el centro de São Paulo, su fundadora, Johanna Stein, quiere que la librería sea un espacio para nuevas perspectivas. “La gente empezó a preguntar cada vez más por estas voces periféricas que habían quedado fuera de los cánones universales durante tanto tiempo. Voces de mujeres, de mujeres afrodescendientes y de tantos otros gatos sin cola, esos animales extraños que se quedaron en la periferia durante tanto tiempo”, dijo Stein.
El nombre de la librería está inspirado en el ensayo de Virginia Woolf "A Room of One's Own” ("Una habitación propia"), en el que la autora británica se refiere a las mujeres que se atreven a entrar en entornos académicos y literarios tradicionalmente dominados por los hombres como "gatos sin cola".
El proyecto es pionero por la exclusividad del catálogo y porque innova en el tradicional mercado editorial brasileño. Una encuesta realizada por la iniciativa Retratos de Lectura en Brasil entre 2015 y 2019 mostró que hubo una caída de alrededor de 4.6 millones de lectores en ese periodo. Junto con la reducción de la lectura, también hubo una disminución en el número de librerías; en 2001, el 42% de las ciudades brasileñas tenían al menos una librería y en 2018 sólo el 17% de los municipios.
Para un país que lee un promedio de cinco libros al año, cuantos más gatos sin cola haya en las ciudades, mejor.
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Creatividad