Tengo migrañas y me vuelven loca
- hace 5 años
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Ella es Rita. Tiene una triste historia sobre cómo su enfermedad le arruinó la vida. Puede parecer una exageración, pero lo comprenderás hacia el final. Quizá te preguntes, ¿qué es esa enfermedad tan horrible? ¿Cáncer? ¿SIDA? No, Rita habla de algo tan trivial como una migraña.
Migrañas, dirás, todos tenemos migrañas, no destruyen la vida de nadie. Desafortunadamente, hay una enorme diferencia entre una migraña y un dolor de cabeza, por más fuerte que sea. Si alguna vez has tenido una, sabrás de lo que Rita habla. ¿Conoces la maldición Cruciatus de los libros de Harry Potter, ese que le da a la persona un dolor inagotable que la puede llevar a la locura? Esa es más o menos una descripción de la migraña.
Ella sufre estos episodios desde muy pequeña. A medida que creció, se volvieron más feroces y frecuentes. Aún recuerda que, de más pequeña, era muy curiosa e inteligente. Los años han pasado, y hoy es solo un recuerdo de esa niña. Odia tener que decirlo, le da pena que así sea. Nunca ha hecho nada para ser castigada de esta manera. La migraña no tiene razones objetivas, es una cuestión de suerte y de genética, principalmente de suerte. ¿Qué es lo que le ocurre? Primero, ve un aura. Son destellos y manchas de luz, serían hasta hermosas si no le indicaran que pronto acabará con un dolor muy agudo e inevitable.
La migraña te ataca espontáneamente con toda su fuerza. Imagina que estás con tus cosas, trabajando, conduciendo, leyendo un libro, y que de pronto te paraliza un dolor que se siente como si una criatura te comprimiera el cráneo. Pero no se termina ahí: mareos, vómitos, intolerancia a los sonidos, a las luces y a los olores. Y mucho más. Los síntomas pueden variar y seguir apareciendo a lo largo de tu vida. La “mejor” parte es que no se puede curar, así que debes aceptar el hecho de que te acompañará para siempre. Rita solía ser una niña enérgica. Tenía muchas ambiciones. Ahora está terminando la escuela con resultados mediocres, y no sabe si podrá ingresar a la universidad.
Eso no significa que te vuelvas estúpido. Rita no tiene problemas para entender las clases de la escuela, cosa extraña si miras sus calificaciones. Lo que ocurre es que, cuando sufres de migrañas crónicas, pueden aparecer en cualquier momento. Debes aceptar el hecho de que tendrás que posponer todo lo que habías planeado, acostarte en un cuarto oscuro y silencioso y rezar para que se vaya pronto. Eso significa que la palabra “fecha límite” no tendrá mucho sentido para ti. ¡Y no la hagas hablar de las interacciones sociales! Intentas hacer amigos, y todo sale bien hasta que faltas a un encuentro tras otro con ellos. Lo peor es que te vuelves irritable y paranoico por creer que en cualquier momento podría aparecer una migraña. ¿Querrías tener un amigo así? Seguro que no.
¡Está bien, quizá digas, intenta predecirlas y prepárate! Lo tr
Ella es Rita. Tiene una triste historia sobre cómo su enfermedad le arruinó la vida. Puede parecer una exageración, pero lo comprenderás hacia el final. Quizá te preguntes, ¿qué es esa enfermedad tan horrible? ¿Cáncer? ¿SIDA? No, Rita habla de algo tan trivial como una migraña.
Migrañas, dirás, todos tenemos migrañas, no destruyen la vida de nadie. Desafortunadamente, hay una enorme diferencia entre una migraña y un dolor de cabeza, por más fuerte que sea. Si alguna vez has tenido una, sabrás de lo que Rita habla. ¿Conoces la maldición Cruciatus de los libros de Harry Potter, ese que le da a la persona un dolor inagotable que la puede llevar a la locura? Esa es más o menos una descripción de la migraña.
Ella sufre estos episodios desde muy pequeña. A medida que creció, se volvieron más feroces y frecuentes. Aún recuerda que, de más pequeña, era muy curiosa e inteligente. Los años han pasado, y hoy es solo un recuerdo de esa niña. Odia tener que decirlo, le da pena que así sea. Nunca ha hecho nada para ser castigada de esta manera. La migraña no tiene razones objetivas, es una cuestión de suerte y de genética, principalmente de suerte. ¿Qué es lo que le ocurre? Primero, ve un aura. Son destellos y manchas de luz, serían hasta hermosas si no le indicaran que pronto acabará con un dolor muy agudo e inevitable.
La migraña te ataca espontáneamente con toda su fuerza. Imagina que estás con tus cosas, trabajando, conduciendo, leyendo un libro, y que de pronto te paraliza un dolor que se siente como si una criatura te comprimiera el cráneo. Pero no se termina ahí: mareos, vómitos, intolerancia a los sonidos, a las luces y a los olores. Y mucho más. Los síntomas pueden variar y seguir apareciendo a lo largo de tu vida. La “mejor” parte es que no se puede curar, así que debes aceptar el hecho de que te acompañará para siempre. Rita solía ser una niña enérgica. Tenía muchas ambiciones. Ahora está terminando la escuela con resultados mediocres, y no sabe si podrá ingresar a la universidad.
Eso no significa que te vuelvas estúpido. Rita no tiene problemas para entender las clases de la escuela, cosa extraña si miras sus calificaciones. Lo que ocurre es que, cuando sufres de migrañas crónicas, pueden aparecer en cualquier momento. Debes aceptar el hecho de que tendrás que posponer todo lo que habías planeado, acostarte en un cuarto oscuro y silencioso y rezar para que se vaya pronto. Eso significa que la palabra “fecha límite” no tendrá mucho sentido para ti. ¡Y no la hagas hablar de las interacciones sociales! Intentas hacer amigos, y todo sale bien hasta que faltas a un encuentro tras otro con ellos. Lo peor es que te vuelves irritable y paranoico por creer que en cualquier momento podría aparecer una migraña. ¿Querrías tener un amigo así? Seguro que no.
¡Está bien, quizá digas, intenta predecirlas y prepárate! Lo tr