• hace 5 años
Aunque lo quisiéramos, las relaciones fraternas no siempre son un éxito. Normalmente, la adolescencia es, en principio, la forma de superar este problema. Pero puede que no todo salga según lo planeado y que, una vez que llegan a la edad adulta, la discordia persista. Esto último puede tener diversas causas: Hay ocasiones en que los niños, simplemente, no quieren compartir el amor de sus padres con un hermano o hermana. Más aún cuando hablamos de los mayores. En cualquier caso, no se ha establecido que los hermanos tengan sí o sí que llevarse bien. Cada caso es significativamente diferente, por lo que es importante tratarlos de manera personal. ¡Si la situación es muy compleja, puede considerar acudir a un psicólogo!

Recomendada