• hace 5 años
Quizá porque en el aire está que Donald Trump no es santo de la devoción del Papa, medio planeta escudriñaba hoy cada gesto de su encuentro. Francisco ha estado especialmente frío. Si acaso, una media sonrisa a lo largo de todo el acto. Melania e Ivanka han ido con traje negro y mantilla, como manda el protocolo. En el intercambio de regalos, Trump le ha ofrecido al Papa la primera edición de las obras de Martin Luther King. Los obsequios del pontífice, muy significativos: su encíclica sobre medio ambiente y un medallón del símbolo de la paz. "Para que usted pueda ser un árbol de olivo para hacer la paz", le ha dicho el papa a Trump. "Nunca olvidaré lo que me ha dicho", ha sido la despedida del presidente norteamericano. La de Melania, un desconcertante adiós en francés. Después tocaba visita por el Vaticano. Los Trump han podido admirar la Basílica de San Pedro, llena de mármoles y dorados, como a ellos les gusta. O los frescos de la Capilla Sixtina, pensados por Miguel Ángel para que incluso alguien como Donald Trump se sienta pequeño.
-Redacción-

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