• hace 5 años
Era viernes poco después de las cuatro de la tarde cuando un coche bomba con 200 kilos de explosivos estallaba en el parking subterráneo del Hipercor de la Avenida Meridiana de Barcelona. ETA cometía así su atentado más cruel y el primero contra la población civil. La acción en manos del comando Barcelona se cobró la vida de 21 personas, cuatro de ellas niños, y 45 resultaron heridas. Treinta años se cumplen de esta barbarie en un contexto muy diferente, con la banda terrorista ya desarmada y muy presente la misma pregunta: para qué tenía que ocurrir. El paso del tiempo ha curado algunas heridas pero lo que durante unos minutos allí se vivió jamás lo olvidarán todas y cada una de las familias en las que su vida cambió para siempre aquel 19 de junio de 1987.
-Redacción-

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