Le engañaron para que volviera al colegio. Pepe Béjar se acaba de jubilar pero sus compañeros le pidieron ayuda por una plaga en el centro. Cuando llegó descubrió que era una plaga de aplausos que se extendían por todo el pasillo que recorrió entre sonriente y emocionado. Era la merecida despedida al maestro que ha convertido la educación en esperanza. Porque dar clases en El Príncipe es encontrarse con una alumna cuyos padres fueron detenidos por pertenecer al Estado Islámico. Niños con familias en la cárcel que en la calle aprenden lo que es la marginación y en la escuela Pepe les ha enseñado el valor de la integración. Su lección de aprecio y respeto le ha llevado a una vitoreada jubilación. Tras tantos años enseñando a dar cariño se retira aprendiendo que quien siembra recoge.
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