Las calles de Apatzingán, la tercera ciudad más grande del estado mexicano de Michoacán, están tomadas por la policía y el ejército.La ciudad es el epicentro del cartel del narcotráfico de los Caballeros Templarios, que han sembrado el terror. Cientos de ciudadanos se han unido a las denomindas fuerzas de autodenfensa y el Gobierno se ha visto obligado a intervenir. Pero las patrullas ciudadanas advierten que no van a ceder ante la presencia de las fuerzas del estado"Continuaremos con la autodefensa, levantando las barricadas y vigilando todas las entradas de todos los pueblos", dice una profesora local.Su líder, Hipólito Mora conoce a la perfección a los cabecillas del cartel. Incluso sabe de su paradero.Y dice que está dispuesto a colaborar con el Gobierno para devolver la paz a Michoacán, donde en los últimos días han muertos dos personas y decenas de comercios han sido arrasados por los narcos.
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