En su declaración ante la Policía, el presunto asesino de Mari Luz, detenido ayer en Pajaroncillo (Cuenca) ha admitido que él fue quien hizo desaparecer el cuerpo de la pequeña; también ha reconocido que presenció el momento de la muerte de la niña pero, en cambio, dice que él no la mató y que todo fue un accidente. Hoy comparecerá ante el juez. No sólo la familia de Mari Luz sospechaba de él; Santiago del Valle, que vivía en el bloque de al lado, había huido a Granada por temor a represalias. Allí mismo fue interrogado, pero no lo detuvieron por falta de pruebas, aunque para la Policía ya era el principal sospechoso. En su declaración, ha reconocido que la llevó a su casa para darle un regalo, pero no admite haberla matado. Dice que la niña se cayó accidentalmente por las escaleras, que ocultó el cuerpo en un carrito de supermercado y que lo arrojó al río desde el coche de su hermana. Su versión no coincide con la de los forenses que aseguran que a Mari Luz le taparon la boca y que murió por asfixia.
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