• hace 7 años
El referéndum de independencia del gobierno catalán se abrió con la intervención de la Guardia Civil en el municipio gerundés de Sant Julià de Ramis, donde tenía que votar el presidente Carles Puigdemont. Los agentes obedecían al dispositivo policial y judicial del gobierno español, que no reconoce el referéndum. Puigdemont votó finalmente en Cornellà de Terri y, más tarde, se personó en el pavellón deportivo cuando los agentes ya no estaban.

“Violencia, porras y balas de goma, agresiones indiscrimadas contra gente concentrada pacíficamente para proteger las urnas, papeletas y colegios electorales”, denunció Puigdemont. “Creo que, hoy, todo está dicho. La imagen exterior del Estado español ha continuado deteriorándose y, hoy, ha llegado a unas cotas de vergüenza que lo acompañarán para siempre”.

En Sant Julià de Ramis, la Guardia Civil rompió la puerta de entrada para hacerse con las urnas. En su interior, donde ya se había empezado a votar, los responsables de las mesas corrieron a esconderlas. Aunque los agentes registraron todo el edificio hasta llevarse varios objetos dentro de unas bolsas. Las personas que se habían quedado dentro entonaron la canción antifranquista de Lluís Llach ‘L’Estaca’.

Escenas como estas se están repitiendo durante toda la jornada en varios puntos de Cataluña. El caso más grave hasta ahora es el del colegio barcelonés Ramon Llull, entre las calles Sardenya y Diputació, donde la policía ha disparado pelotas de goma cuando salía del edificio. Un hombre ha tenido que ser operado de urgencia en un ojo. El balance actual de heridos y contusionados en toda Cataluña es de más de trescientos, según la Generalitat, Por su parte, el ministerio del Interior da una cifra de once policías heridos.

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