• hace 7 años
Madrid, 01 mar (efesalud.com). Con motivo del Día de la Mujer Trabajadora y del Día Mundial del Cáncer de Cérvix, marcados en el calendario para los días 8 y 26 de marzo, la doctora Aitana Calvo Ferrándiz y el doctor Guillermo Velasco Oria de Rueda, secretarios científicos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), subrayan que este tumor maligno se puede prevenir, casi en su totalidad, mediante la vacunación contra el virus del papiloma (VPH), las citologías ginecológicas rutinarias y el uso de preservativos y diafragmas en las relaciones heterosexuales.

El útero es el órgano donde crece y se desarrolla el feto. Su parte inferior, alargada y estrecha, conectada "íntimamente" con la vagina, se llama cérvix o cuello del útero.

"Y es ahí donde la mujer está más expuesta a las infecciones de transmisión sexual", señala la médico oncóloga Aitana Calvo, del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

A nivel mundial, el cáncer de cérvix, con más de 500.000 casos al año, es el segundo tumor más frecuente en la mujer; el cuarto en países con un mayor desarrollo socioeconómico (en España la tasa es muy baja, alrededor de 7,5 casos anuales cada 100.000 habitantes).

"¿Por qué el 85% de los casos se registran en los países más pobres? -nos plantea la doctora Calvo-. Porque no están implantados los programas de detección precoz (test de papanicolau) o la vacunación general de la población femenina, especialmente adolescentes y jóvenes".

La infección por el virus del papiloma es el factor decisivo para que se pueda desarrollar un cáncer de cérvix, ya que se detecta como desencadenante hasta en el 100% de los casos.

"Aún así, la mayoría de las infecciones por VPH son transitorias y se hacen indetectables en un par de años; pero como la infección puede permanecer silente durante mucho tiempo, las mujeres pueden desarrollar lesiones premalignas y cáncer de cérvix", apunta la doctora.

El test de Papanicolau, indoloro, previene este cáncer.

"Se lleva a cabo durante el examen ginecológico. Con una espátula o un bastoncillo se obtienen células del interior del cérvix y de otras zonas anexas, que luego se analizan en el laboratorio", explica.

Las citologías se recomiendan cada dos o tres años cuando las mujeres empiezan a tener actividad sexual en pareja.

"La mitad de los casos de cáncer suceden en mujeres que nunca se sometieron a una citología, y un 10% adicional sobreviene en mujeres que no se realizaron citologías en los últimos 5 años", destaca la médico oncóloga.

Existen otros desencadenantes del cáncer de cérvix, como iniciarse precozmente en las relaciones sexuales, tener múltiples parejas o padecer otras enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia

También, el tabaquismo, el uso de anticonceptivos orales durante periodos prolongados, ciertos fármacos intrauterinos, multiparidad -numerosos embarazos- o fármacos de inmunosupresión para el VIH o por un trasplante.

Las etapas tumorales iniciales a menudo se consideran como un precáncer.

"Cuando las células neoplásicas se detectan en la capa superficial del cuello uterino estamos ante una gran ventaja, ya que el cáncer se puede curar en casi todas las pacientes", dice el oncólogo médico, Guillermo de Velasco, del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

"La zona cancerosa, muy localizada, se puede suprimir con criocirugía, cirugía con láser, procedimiento de escisión electroquirúrgica y conización con bisturí frío", indica.

En los estadios avanzados del cáncer se aconseja una histerectomía total, extirpar el útero y los ganglios adyacentes, por donde migran las células tumorales a otros órganos del sistema reproductivo.

Cuando el cáncer de cérvix está muy evolucionado se necesitan tratamientos complementarios.

"A veces se hace necesario aplicar radioterapia externa, radioterapia dentro del útero o braquiterapia -radiar directamente el tumor- o quimioterapia concurrente", aclara.

Todos estos casos de carcinoma in situ pueden curarse con un tratamiento apropiado. No obstante, las neoplasias pueden reaparecer en el cérvix o en la vagina, por lo que es muy importante un seguimiento adecuado de la paciente.

Un pequeño número de casos del cáncer de cuello uterino se detecta en mujeres embarazadas.

"Si su cáncer se encuentra en una etapa muy temprana, la mayoría de los médicos oncólogos consideramos que es seguro continuar el embarazo a término. Varias semanas después del parto, se recomienda practicar una histerectomía",.

Cuando el tumor se ha extendido de la pelvis a otras partes del cuerpo, metástasis, no se considera curable.

Tanto para la doctora Calvo como para el doctor Velasco, y tantos otros médicos oncólogos de la SEOM, la prevención se convierte en la mejor herramienta contra el cáncer de cérvix: vacunas, detección precoz y preservativos para ellas y ellos, quienes pueden desarrollar, a su vez, cáncer de pene, de ano y de orofaringe.

MÁS VÍDEOS Y REPORTAJES: http://www.efesalud.com/

Recomendada