La revolución pro europea en la plaza de la Independencia, Maidán, de Kiev puso fin al régimen prorruso de Víktor Yanukóvich. Tres años más tarde, muchos de los revolucionarios están desilusionados. Todavía reina la corrupción y los viejos oligarcas siguen manejando los hilos. Pese a ello, un sector creativo de la sociedad civil y del mundo de la cultura mantiene viva la llama del Euromaidán.A pesar de la presión de la UE y Estados Unidos, la élite encabezada por Petró Poroshenko teme desmantelar las viejas estructuras. La guerra en el este de Ucrania, donde los rebeldes apoyados por Moscú con armas, dinero y efectivos aún ocupan una parte del Donets, frena el camino de Ucrania hacia Occidente. Y, sin embargo, el espíritu de la revolución sigue con vida. En Kiev, la capital de Ucrania, un movimiento que hunde sus raíces en el arte, el diseño de moda y la música electrónica ha emprendido el largo recorrido hacia Occidente y podría cambiar radicalmente la Ucrania post-soviética. El escritor Frank Hofmann acompañó durante todo un verano a los protagonistas de Cxema, un grupo organizador de espectáculos de música electrónica, al colectivo de artistas de Kiev Izolyatsia y a la marca de moda para skaters Syndicate. Todos tienen algo en común: después de la revolución continúan trabajando en su sueño, el de una Ucrania proeuropea que sea aceptada en el concierto europeo. Ese es el sueño de Maidán.
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