Cucarachas bufadoras (Gromphadorhina portentosa)

Una verdadera consideración de respeto hacia los insectos y otros invertebrados me parece el ejemplo más notable de empatía pura. La empatía no es un sentimiento, sino un ejercicio intelectual. Poca gente he conocido capaz de sentir una verdadera simpatía psicológica o compasión hacia esta clase de animales, que llore o sufra por su padecer, de manera que todo respeto brindado hacia ellos será el fruto de un ejercicio inmaculado de empatía. Reconocemos en estos seres —por quienes sentimos una natural indiferencia (en el mejor de los casos)— individuos que desean vivir libres y en paz, que se preocupan por lo que les pasa, que se valoran a sí mismos, a sus vidas y a sus acontecimientos. Nos hacemos entonces conscientes de las implicaciones de nuestras acciones para con ellos y a partir de ello actuamos en consecuencia. Eso es empatía.

Por un mundo más justo para todos, por favor, hazte VEGANO.
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