Madrid, 21 jun (efesalud.com). El doctor Santiago Arauz de Robles, jefe de la Unidad de Hombro de la Clínica CEMTRO de Madrid, explica en este vídeoblog que las fracturas de clavícula, muy prevalentes en la práctica deportiva, aunque se solucionen en la mayoría de los casos con inmovilización sin escayola ni cirugía, requieren de la intervención quirúrgica urgente con placa y tornillos en profesiones como mecánico de coches o peluquería.
La clavícula es un hueso denso en forma de "ese" que une el tronco con el brazo desde la parte alta del esternón hasta el acromion del omóplato, parte de la escápula que está situada en el hombro del esqueleto humano. Su función principal es dar estabilidad a esta cintura escapular y soportar el movimiento del brazo.
"Cuando se produce una fractura en la clavícula es habitual el desplazamiento de los dos fragmentos del hueso roto: la parte del hueso proximal o más cercana al cuello se dirige hacia arriba y la parte distal o más cercana al hombro se mueve hacia abajo, ya sea por la por la propia tracción de los músculos o por el peso del brazo", describe.
"Y de todos los huesos rotos que se diagnostican en Urgencias casi un 10% son de clavícula -añade-. Un 80% de estas fracturas se producen en el tercio medio del hueso, algunas hacia la parte lateral de la zona distal y las menos prevalentes en la zona proximal. La media de acortamiento entre las dos partes oscila entre 1,5 y 3 centímetros, es muy raro que el hueso se fracture y permanezca unido".
La práctica deportiva suele estar detrás de una fractura de clavícula: caídas desde la bicicleta, la moto, el esquí, la tabla de snow o trastazos en el rugby, el fútbol o el baloncesto. Los pacientes reflejan, además, muchísimo dolor.
"Las dos partes de la clavícula, que es muy densa, suelen pegar solas, pero esto no sucede tan fácil en personas adultas, en fracturas con mucho desplazamiento de las dos partes o en huesos con minutas -más de dos trozos-. La tasa de falta de consolidación se sitúa en torno al 30% de los casos", señala el traumatólogo.
La recuperación de una rotura de clavícula siempre genera dudas, ya que tarda alrededor de tres o cuatro meses en sanar por sí misma, con total garantía; y la cirugía solo es recomendable en casos excepcionales, tanto por las peculiaridades de la fractura como por la profesión del accidentado. No es lo mismo una oficinista que una motorista.
"Cuanto más joven es el paciente, mejor se pegan los huesos; cuestión que disminuye a partir de los 20 o 30 años de edad. A mayor desplazamiento de las dos partes del hueso, peor pegan. Cuantos más trozos de hueso resulten de la fractura, más difícil será su nueva unión. Y si la rotura es más distal también resultará más complicada su ligazón", detalla.
Por lo tanto, el tratamiento de cada fractura de clavícula es "a la carta".
"Si el paciente es un trabajador administrativo o similar, puede esperar a que pegue el hueso, y siempre se puede efectuar una cirugía de rescate en el caso de que no pegue suficientemente bien; en cambio, si es la paciente es peluquera, o un mecánico de taller o una deportista de elite, la operación casi será inmediata. No pueden esperar hasta cuatro meses para volver a su actividad laboral", asegura el doctor Arauz.
En la intervención quirúrgica se recompone el hueso uniendo las partes fracturadas "como si fuera un puzzle" y colocando una osteosíntesis, normalmente una placa adaptada a la forma en 'ese' de la clavícula.
"Pocos días después de la cirugía el paciente dejará de sentir dolor, aunque tenga molestias de falta de sensibilidad transitorias en la zona de la cicatriz y su belleza personal se vea afectada de por vida por un costurón más o menos antiestético", expresa.
Otro inconveniente es la presión de la piel con la placa de la clavícula operada a causa del contacto o el roce con objetos, como las correas de una mochila o el cinturón de seguridad del automóvil.
"Es frecuente que tengamos que retirar las placas ante este tipo de dolor. Siempre advertimos a los pacientes de que pueden sufrir dos operaciones de clavícula, una para poner la placa y otra para quitarla al año", advierte.
Como la mayoría de las fracturas de la clavícula se curan solas cuando el brazo se inmoviliza con un vendaje en ocho o cabestrillo, sobre todo si el paciente es un niño, ya que el tórax no se puede escayolar, "no hay que obsesionarse con la separación de las dos partes del hueso durante la recuperación. Debemos tener paciencia y dejar que la naturaleza haga su trabajo", concluye el jefe de las Urgencias traumatológicas de la Clínica CEMTRO.
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La clavícula es un hueso denso en forma de "ese" que une el tronco con el brazo desde la parte alta del esternón hasta el acromion del omóplato, parte de la escápula que está situada en el hombro del esqueleto humano. Su función principal es dar estabilidad a esta cintura escapular y soportar el movimiento del brazo.
"Cuando se produce una fractura en la clavícula es habitual el desplazamiento de los dos fragmentos del hueso roto: la parte del hueso proximal o más cercana al cuello se dirige hacia arriba y la parte distal o más cercana al hombro se mueve hacia abajo, ya sea por la por la propia tracción de los músculos o por el peso del brazo", describe.
"Y de todos los huesos rotos que se diagnostican en Urgencias casi un 10% son de clavícula -añade-. Un 80% de estas fracturas se producen en el tercio medio del hueso, algunas hacia la parte lateral de la zona distal y las menos prevalentes en la zona proximal. La media de acortamiento entre las dos partes oscila entre 1,5 y 3 centímetros, es muy raro que el hueso se fracture y permanezca unido".
La práctica deportiva suele estar detrás de una fractura de clavícula: caídas desde la bicicleta, la moto, el esquí, la tabla de snow o trastazos en el rugby, el fútbol o el baloncesto. Los pacientes reflejan, además, muchísimo dolor.
"Las dos partes de la clavícula, que es muy densa, suelen pegar solas, pero esto no sucede tan fácil en personas adultas, en fracturas con mucho desplazamiento de las dos partes o en huesos con minutas -más de dos trozos-. La tasa de falta de consolidación se sitúa en torno al 30% de los casos", señala el traumatólogo.
La recuperación de una rotura de clavícula siempre genera dudas, ya que tarda alrededor de tres o cuatro meses en sanar por sí misma, con total garantía; y la cirugía solo es recomendable en casos excepcionales, tanto por las peculiaridades de la fractura como por la profesión del accidentado. No es lo mismo una oficinista que una motorista.
"Cuanto más joven es el paciente, mejor se pegan los huesos; cuestión que disminuye a partir de los 20 o 30 años de edad. A mayor desplazamiento de las dos partes del hueso, peor pegan. Cuantos más trozos de hueso resulten de la fractura, más difícil será su nueva unión. Y si la rotura es más distal también resultará más complicada su ligazón", detalla.
Por lo tanto, el tratamiento de cada fractura de clavícula es "a la carta".
"Si el paciente es un trabajador administrativo o similar, puede esperar a que pegue el hueso, y siempre se puede efectuar una cirugía de rescate en el caso de que no pegue suficientemente bien; en cambio, si es la paciente es peluquera, o un mecánico de taller o una deportista de elite, la operación casi será inmediata. No pueden esperar hasta cuatro meses para volver a su actividad laboral", asegura el doctor Arauz.
En la intervención quirúrgica se recompone el hueso uniendo las partes fracturadas "como si fuera un puzzle" y colocando una osteosíntesis, normalmente una placa adaptada a la forma en 'ese' de la clavícula.
"Pocos días después de la cirugía el paciente dejará de sentir dolor, aunque tenga molestias de falta de sensibilidad transitorias en la zona de la cicatriz y su belleza personal se vea afectada de por vida por un costurón más o menos antiestético", expresa.
Otro inconveniente es la presión de la piel con la placa de la clavícula operada a causa del contacto o el roce con objetos, como las correas de una mochila o el cinturón de seguridad del automóvil.
"Es frecuente que tengamos que retirar las placas ante este tipo de dolor. Siempre advertimos a los pacientes de que pueden sufrir dos operaciones de clavícula, una para poner la placa y otra para quitarla al año", advierte.
Como la mayoría de las fracturas de la clavícula se curan solas cuando el brazo se inmoviliza con un vendaje en ocho o cabestrillo, sobre todo si el paciente es un niño, ya que el tórax no se puede escayolar, "no hay que obsesionarse con la separación de las dos partes del hueso durante la recuperación. Debemos tener paciencia y dejar que la naturaleza haga su trabajo", concluye el jefe de las Urgencias traumatológicas de la Clínica CEMTRO.
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