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Madrid, 01 abr (efesalud.com). El doctor Eduardo López Bran, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, se enfunda de nuevo en la piel divulgativa de su vídeoblog para explicarnos las diferentes razones endógenas (genéticas) y exógenas (ambientales, dietéticas o higiénicas) que provocan la resecación sistemática de la epidermis, la clave de nuestra belleza.

Pero, ¿qué es la piel seca?, una de las principales molestias cutáneas entre la población de las sociedades más avanzadas.

"Nuestra piel pierde poco a poco su grado normal de humedad y se torna áspera, descamativa; con el paso de los días, semanas o meses, aparecen pequeñas grietas acompañadas de un picor cargante y fastidioso", dice.

Y qué mejor ejemplo para mostrar estos síntomas que las declaraciones de Luisa, una enfermera que padece esta tiranía endógena de los caprichos naturales... ¿Cuántas veces no ha podido evitar rascarse ante un picor inoportuno?, le pregunta su doctor.

"A menudo; sobre todo cuando estoy estresada. La mano se va sola al brazo y me rasco hasta que me doy cuenta del daño que me estoy provocando en la piel".

Los principales desencadenantes externos de la piel seca son los siguientes:

La contaminación atmosférica y las condiciones climáticas agresivas, como el aire caliente, frío o seco.

Los síntomas de la piel seca empeoran a menudo durante el invierno y el verano.

Un exceso de radiación solar contribuye a la sequedad cutánea.

El lavado frecuente o prolongado, así como los baños o las duchas calientes, eliminan los lípidos constituyentes de la barrera cutánea.

Ciertos medicamentos (diuréticos) y tratamientos como la radioterapia, la quimioterapia o la diálisis para eliminar las sustancias nocivas de la sangre, especialmente por insuficiencia renal, son conocidos por este tipo de efectos secundarios.

La predisposición genética conjuga una mayor tendencia endógena hacia la piel seca.

"En condiciones geográficas y ambientales idénticas, las personas pueden tener distintos tipos de piel y padecer enfermedades como la dermatitis atópica, la psoriasis, la diabetes e la ictiosis; todas ellas causantes de piel seca", señala el dermatólogo.

Luisa lo sabe muy bien, para ella el picor es agobiante.

"Por ejemplo, en verano, al ponerme una falda, observo sorprendida que tengo lesiones de rascado y descamación en las piernas. También cuando estoy en casa viendo la televisión; me rasco sin querer en la parte externa de los brazos, hacia la zona de los codos; incluso me llego a hacer heridas. Es incomodísimo".

La piel seca se produce además por los cambios hormonales, como los que ocurren en el embarazo o la menopausia.

"A medida que la gente envejece -apunta López Bran- su capacidad cutánea para producir sudor y lípidos disminuye debido a la reducción de la función de las glándulas sebáceas y de las glándulas sudoríparas. la piel seca y el envejecimiento están interrelacionados y pueden dar lugar a un círculo vicioso".

La dieta aporta sequedad a la piel: "Una carencia de nutrientes, ácidos grasos insaturados y vitaminas, puede contribuir a la sequedad cutánea. las vitaminas C y E participan en el mantenimiento de una piel sana", añade.

El doctor ofrece una serie de consejos para evitar la deshidratación de la piel:

Rehuir las temperaturas extremas o sus cambios bruscos. Lo ideal, 20 grados en ambientes no excesivamente secos.

Después del baño en la piscina, el río o el mar hay que secarse concienzudamente y aplicarse una crema suavizante.

Debemos usar un protector solar adecuado que evite no solo las quemaduras, sino la resecación de la piel. Hay que alejarse de actividades que generen una sudoración excesiva.

La ducha, mejor cinco minutos de baño que diez, se tiene que realizar con agua tibia. El gel será suave y ligeramente de composición ácida. La piel no es una camiseta de lino. Después del aseo nos aplicaremos cremas corporales.

El maquillaje se aplicará sobre la piel perfectamente hidratada con emolientes. Es determinante abstenerse del uso de jabones agresivos que destruyen los lípidos cutáneos naturales.

Es conveniente utilizar ropa de algodón, hilo o pana, y evitar lana y tejidos sintéticos, que son ásperos y pueden irritar la piel. No hay que abrigarse en exceso. Hay que alejarse de los calcetines y medias de nailon o de fibras sintéticas. No utilizaremos calzado deportivo durante un tiempo prolongado.

Sábanas y almohadas deben ser de algodón. Tenemos que lavar la ropa con detergentes suaves y evitar el empleo de lejías. Evitar los suavizantes textiles que contengan productos irritantes. Utilizaremos guantes aislantes de algodón y goma para realizar las tareas domésticas.

Para el dermatólogo Eduardo López Bran, seguir esta serie de pautas, ya sea en casa o en el entorno sociolaboral, contribuye a la mejor hidratación de la piel: "Impediremos la descamación cutánea y el consiguiente picor, un escozor que nos arruga el gesto y reprime la sonrisa".

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