Barça Real Madrid Jornada 31

  • 18 years ago
El holandés Van Bommel está dispuesto a pelearle a Ronaldinho el Trampolín de Oro al jugador más piscinero de la plantilla y en el minuto 20 aprovechó una entrada al balón de Roberto Carlos para realizar una espectacular zambullida en el área. Pese a la técnica cuentista que atesora y que ya demostró por ejemplo ante el Zaragoza no fue una simulación muy acertada.

Vam Bommel se cruzó en la trayectoria de Roberto Carlos y se tiró dramáticamente antes de que el defensor le rozara con sus muslos (había recogido las piernas para evitar, precisamente, llevarse por delante al barcelonista) y en una zona en la que a diferencia de otras veces no logró la expulsión injusta de su rival, demasiado escorado respecto a la portería. Pero tampoco hizo falta más: Medina Cantalejo fue raudo al punto de penalti contento como un niño en Navidad para señalar la pena máxima ante la justa indignación del equipo visitante. Como hacen los buenos árbitros, esto es, alejarse para no excitar aún más a los perjudicados, Medina se quedó plantado como una estaca y consiguió que Guti y el propio Roberto Carlos vieran sendas amarillas. Debió pensar que eso no bastaba -el miércoles viene el Benfica y no convenía que el Barça se cansara demasiado frente a un equipo al que tiene muchas gana- porque cinco minutos después volvió a repetir la maniobra al quedarse junto al defensa brasileño del Real Madrid después de haberle pitado una rigurosa falta en contra. Las imágenes demuestran a Roberto Carlos, plomazo y cansino, dando la brasa al juez de línea, pero nunca grosero. En ningún momento dan a entender que el motivo por el que el árbitro le mostró la roja directa -asegura que les llamó "mierdas"- sea cierto. La confusión es normal porque los árbitros de Villar oyen más bien poco (por ejemplo, Rodríguez Santiago no oyó el silbato que él mismo había hecho sonar en Montjuïc y que anulaba una jugada que acabó en gol pero que sin embargo concedió como válido contra el Real Madrid) y en aquél momento el estruendo del público, como ha declarado Ronaldo, hacía imposible que nadie oyera casi nada. De hecho, en la segunda parte fue el juez de línea quién le chivó que Beckham le había llamado "amigo" para que le mostrase la amarilla. El caso es que en el minuto 25 de la primera el rival del Barcelona se quedaba -¡una vez más!- en inferioridad numérica.

2 de Abril de 2006

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