Ángel Silvelo: «Keats mejoró el soneto shakesperiano hasta la perfección»

  • hace 8 años
Keats llegó a Roma como la única solución que sus amigos encontraron para frenar a la tuberculosis que poco a poco se apoderaba de él. Un invierno más en Londres sería su final, le dijeron. Una sentencia que, unida a su falta de medios económicos, le empujaron a dejarse llevar por ese ímpetu de sincera amistad costeada por todos ellos y por los admiradores con los que contaba el poeta.