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Madrid, 11 sep (efesalud.com). El traumatólogo jefe de la Clínica CEMTRO, el doctor Pedro Guillén García, hace una pausa en su frenética actividad quirúrgica y transmite en este vídeoblog una idea que debería ser decisiva en el diagnóstico de un especialista cuando se dispone a sanar o amputar el menisco de una rodilla, ese "amigo íntimo" que sobrevive en la articulación más importante de los deportistas: "Una fisura meniscal se debe suturar o, a lo sumo, extirpar parcialmente, con el objetivo de preservar la congruencia articular".

El menisco, cartílago fibroso en forma de media luna que se localiza en algunas articulaciones del cuerpo humano, tiene como principal función la de amortiguar los movimientos de los huesos, limitando sus extensiones o flexiones, además de añadir cierta lubricación que disminuye los rozamientos óseos.

En la rodilla, encontramos menisco en su parte interna -medial- y en su parte externa -lateral-, pero hubo una época en la que esta ternilla estabilizadora se trataba como un resto embrionario e inservible... y se extirpaba.

"Hoy en día nos topamos en la consulta con víctimas cojas de meniscectomías que no estuvieron bien indicadas -asegura el traumatólogo-. Creo con firmeza que el menisco no se puede extirpar, salvo excepciones, para mantener la congruencia articular de la rodilla. Cuando falta el menisco el pronóstico resultante siempre será el de artrosis en la rodilla del paciente".

La lesión en el menisco, una de las más frecuentes en el mundo del deporte después de las contracturas musculares, los esguinces de tobillo y las tendinopatías, llegó a ser la dolencia que más preocupaba a los futbolistas.

"Tanto era así -rememora el galeno-, que hubo médicos especializados, llamados cuidadores de los meniscos, que se dedicaban fundamentalmente a preservar la salud meniscal de los jugadores".

En la actualidad, la sutura del menisco, bien sea de forma aislada o en conjunción con otras lesiones, como la del ligamento cruzado anterior (LCA), viene a resolver muchos problemas funcionales de la rodilla. Por lo que "quitar un menisco entero de la rodilla se convierte en un meniscocidio si no hay una razón contundentemente clara para llevar a cabo esta amputación", sostiene Guillén.

"A la hora de solucionar una rotura meniscal, clínicamente demostrada por el médico y confirmada posteriormente con una prueba de diagnóstico por imagen, si el paciente no desarrolla fallos de estabilidad, ni dolor, ni derrame, se tiene que conservar este cartílago de la rodilla", insiste.

Es más, para el doctor solo se debe practicar una sutura o una extirpación parcial cuando la fisura en el menisco es la causa fundamental de la patología articular.

"Si el menisco no es la causa de los males de la rodilla, la cirugía nunca será una opción viable para conseguir un buen pronóstico. En Medicina -dice- solo se obtienen buenos resultados quirúrgicos cuando el traumatólogo se ajusta a la patología".

En conclusión, "la Clínica CEMTRO recomienda seriamente que, una vez que se haya comprobado que la rotura meniscal sea la que cause los problemas en la articulación, se practique, como mucho, una meniscectomía parcial, aunque lo mejor será siempre que se suture el menisco para asegurar la biomecánica normal de la articulación dañada", dice el traumatólogo Pedro Guillén.

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