La Princesa de los Zapatos sin Marca es una amable parábola para niños en la que se cuenta la historia de (des)amor imposible de una princesa que vive en “una torre de marfil y plata” a orillas de un mar plácido siempre presente.
Varios príncipes (en realidad es el mismo príncipe obstinado que adopta diferentes disfraces principescos y en el que reconocemos distintos príncipes extraídos de cuentos tradicionales: el de cenicienta, el de la bella durmiente, el príncipe valiente…) van desfilando ante la puerta de la torre y en todas las ocasiones tratan de ganarse los favores amorosos de la princesa haciendo ostentación de su alta alcurnia, sus posesiones y su condición social. Este grandilocuente cortejo se sintetiza en el mismo y pertinaz regalo: unos zapatos de marca, lujosísimos y muy caros, que la princesa rechaza una y otra vez para desesperación del príncipe pretendiente que no sabe ya qué regalarle a la muchacha para conquistar su corazón y hacer que le “abra la puerta de la torre”.
Varios príncipes (en realidad es el mismo príncipe obstinado que adopta diferentes disfraces principescos y en el que reconocemos distintos príncipes extraídos de cuentos tradicionales: el de cenicienta, el de la bella durmiente, el príncipe valiente…) van desfilando ante la puerta de la torre y en todas las ocasiones tratan de ganarse los favores amorosos de la princesa haciendo ostentación de su alta alcurnia, sus posesiones y su condición social. Este grandilocuente cortejo se sintetiza en el mismo y pertinaz regalo: unos zapatos de marca, lujosísimos y muy caros, que la princesa rechaza una y otra vez para desesperación del príncipe pretendiente que no sabe ya qué regalarle a la muchacha para conquistar su corazón y hacer que le “abra la puerta de la torre”.
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