Si en "La mano de Fátima" Ildefonso Falcones trató la expulsión de los moriscos en la España del siglo XVI, ahora, en su tercera y esperada novela, "La Reina descalza", el autor catalán recupera un episodio poco novelado, la persecución de los gitanos y el origen del flamenco en el siglo XVIII.
Así, esclavitud, música, angustia, amor, sensualidad, dolor, pasión, tiranía, violaciones, pobreza o aroma de raza se dan cita, a partes iguales, en las páginas de "La Reina descalza", que se desarrolla en el barrio de Triana de Sevilla y en un Madrid de contrabandistas, de cómicos, plebeyos y cortesanos, lleno de teatros y bullicio de gitanos.