• hace 15 años
Nuestro Salvador se entregó al servicio desinteresado. Él enseñó
que cada uno de nosotros debe seguirle al desechar los intereses
egoístas a fin de servir a los demás. “Si alguno quiere venir en pos de
mí [dijo Él], niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.