Quién grabó la escena, aunque todavía no era consciente de ello, se encontraba en los últimos instantes de su vida. Es un paramédico palestino que viaja en un convoy por una carretera de Gaza junto a otros 15 compañeros, trabajadores de la Media Luna Roja o la ONU. Los vehículos, identificados y con sus luces, van a velocidad moderada. Pero soldados israelíes los interceptan. El autor del vídeo empieza a inquietarse, sobre todo al ver, y así lo narra, a sus compañeros en el suelo. Y lo que viene a continuación confirma sus temores. Los militares acribillan a los paramédicos, incluido el dueño del móvil que se encomienda repetidamente a Alá antes de despedirse de su madre, disculpándose con la voz cada vez más débil, por haber elegido ese camino. Más de una semana se tardó en hallar en una zanja los 15 cadáveres. Y en el bolsillo de uno de ellos, el teléfono con el vídeo que contradice la versión inicial. Ni eran de Hamás, ni viajaban a oscuras, ni a una velocidad sospechosa. Con solo un superviviente de la matanza que corrobora el vídeo, a Israel no le ha quedado otra que prometer una investigación.
Categoría
🗞
Noticias