Lectura del primer cuento del proyecto Superheroes de Laborvalía
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00:00La vida transcurría en la ciudad apacible, con calma, sin apenas alteraciones.
00:06Había empezado la primavera y en las calles podía olerse el aroma de las primeras flores,
00:11la hierba verde y los árboles que volvían a la vida conforme los días se alargaban.
00:16Durante la mañana, los adultos iban al trabajo, los niños al colegio,
00:21los más mayores a comprar y a darse un paseo, los coches pasaban sin descanso por las principales avenidas,
00:27pero las tardes eran distintas. Con la llegada del buen tiempo y de más horas de luz,
00:33los parques parecían florecer, igual que el campo, y se llenaban de gente que iba a hacer deporte,
00:39de niños que querían montarse en los columpios y tirarse por los toboganes,
00:44y de personas que se juntaban para andar tranquilamente y hablar de sus cosas.
00:49Pero como muchos padres tenían que trabajar también por la tarde,
00:53lo que más se veía eran abuelos que jugaban con sus nietos y les contaban historias.
01:00Sinora tenía un parque preferido, el llamado Parque de los Cuentos Eternos,
01:05un parque donde las historias nunca terminan porque siempre hay una nueva aventura que compartir entre distintas generaciones.
01:14Le gustaba ver la ternura con la que los abuelos hablaban a sus nietos.
01:19Los abuelos de Sinora vivían en otra ciudad.
01:22Su madre intentaba que ambas los visitaran cada fin de semana, pero había ocasiones en las que no era posible.
01:29A ella le hubiera gustado que su hija pudiera estar con sus abuelos todos los días,
01:34pero tenía muy buen trabajo como astróloga en la ciudad en la que vivía
01:39y no podía desaprovechar la gran oportunidad que la vida le había brindado.
01:44Así que lo que hacía era llevarse a su hija al parque y pedir permiso a los abuelos que allí había
01:50para que las dos se pudieran sentar junto a ellos y escuchar sus historias.
01:55Sinora, pese a su corta edad, se quedaba engobada y cuando los abuelos decían que habían terminado y que había que irse pronto,
02:04porque sería de noche, protestaba porque si por ella fuera se quedaría horas y horas oyendo sus cuentos.
02:11¿Y cómo lloraba si algún día había llegado tormenta y no podían bajar al parque?
02:17Un día que el sol brillaba en el cielo y que regalaban las temperaturas perfectas para estar en la calle,
02:23Sinora y su madre, como era habitual, bajaron al parque de los puentos eternos.
02:29Allí estaba Emilio, un hombre de 80 años que se sentaba a diario en el mismo banco con su nieto.
02:36Carlos, un niño de 6 años, rubio, con unos ojos claros y muy vivos, que cuando veía a Sinora la llamaba a gritos.
02:45En cuanto Sinora escuchó la voz de su amigo Carlos, salió corriendo en su dirección.
02:50Después le dio un beso a Emilio, que le había cogido tal cariño que la consideraba como otra nieta suya más.
02:58—Toma, Sinora, te he traído fruta y una de tus galletas favoritas.
03:08Dijo Emilio, que siempre tenía alguna sorpresa para Sinora.
03:12La niña no pudo esperar más y empezó a mordecear la galleta y un trozo de manzana.
03:18—Sinora y sus risas.
03:20Dijo Emilio, provocando la risa de los demás.
03:24—¿Qué me vas a contar hoy?
03:29Preguntó Sinora con los carrillos llenos.
03:32—Hoy tenía pensado contaros la historia de la cultura y les voy a jugar.
03:45Y ahora pregunta Carlos.
03:47—¿Ese nos lo has contado alguna vez, abuelo?
03:59Ha preguntado Carlos.
04:01—¿Ese nos lo has contado alguna vez, abuelo?
04:03—¿Ese nos lo has contado alguna vez, abuelo?
04:09—Hoy tenía...
04:14—¿Ese nos lo has contado alguna vez, abuelo?
04:20—Sí, Carlitos, no sé si recordaréis que trata de una pequeña totúa que soñaba con correr tan rápido como le hacían jugar.
04:27hasta que un anciano búho le enseña que cada estrella brilla a su propio ritmo y que la magia está en disfrutar del viaje y no de la velocidad.
04:38Si yo me acuerdo un poquito, ¿por qué eres una tortuga como hacen las niñas?
04:44Exclamó Silora, cuyos ojos brillaban de la emoción.
04:48Emilio, con cada uno de los niños a su lado, empezó a contar la historia.
04:54Tenía una forma tan bonita de narrar que hasta la madre de Silora caía bajo el encantamiento del anciano y no pestañeaba.
05:02A los pocos minutos, Silora se dio cuenta de que algo no iba bien.
05:07Parecía que Emilio tenía prisa por acabar.
05:11Silora tiró de la manga del arribo de su madre.
05:14¡Mami, mami!
05:17Llamó de forma insistente.
05:21¡La madre!
05:26Luego, cariño, ahora es que hable Emilio. No debemos interrumpirle.
05:31Silora miró a ambos lados en un gran peso de impaciencia y se acercó al oído de su madre para hablarle bajito.
05:42¡Mami! El señor Emilio habla muy rápido y, por de hecho, es el más rápido que he conseguido.
05:50La madre de Silora dio credibilidad a las palabras de su hija.
05:55Sabía que Silora notaba cosas de las que otros no se daban cuenta.
06:00Puso atención en el viejo Emilio.
06:03¡Silora tiene razón! Parece que tiene prisa por acabar y tiene cara de estar abatido, pensó.
06:10Miró a Silora y asintió con la cabeza.
06:13La niña supo que su madre se había dado cuenta de lo mismo que ella.
06:21¡Mami! ¡Lo tenemos igual que posible!
06:25Decidió Silora que en su cabeza ya había trazado un plan para averiguar qué sucedía.
06:31En cuanto Emilio pronunció el tradicional y colorín colorado de este cuento se ha acabado,
06:38Silora y su madre se levantaron del banco y se decidieron de él y de su nieto Carlos,
06:44que se quedó un poco triste porque quería, como otras muchas tardes,
06:48pasar un rato de juegos con Silora después de escuchar el cuento.
06:52Mientras andaban por el parque, Silora se fijó en que los demás abuelos que había por allí
06:58tenían los mismos síntomas que Emilio.
07:01Hablaban con una velocidad mayor que la habitual y les costaba moverse,
07:06como si se hubieran echado algunos años más encima de la noche al día.
07:11Indicó a su madre que quería parar un momentito.
07:15Se concentró para leer el pensamiento a todos esos abuelos.
07:19Cerró los ojos y, por un instante, parecía que el ruido del parque se había apagado
07:25y que solo se oía el canto de los pájaros.
07:28Solo unos segundos le bastó para alarmarse.
07:32Todos los abuelos percibían que estaban envejeciendo con más celeridad que antes
07:38y eso significaba que iban a tener menos tiempo para estar con su nieto
07:42y con otros niños del parque para contarles sus historias.
07:46Eso no podía ser.
07:48Silora supo de inmediato que alguien estaba detrás de ese aceleramiento del tiempo para esos abuelos
07:54y tenía fuertes sospechas sobre quién era ese alguien.
07:59Llevando a su madre casi a la carrera, llegó a casa y subió disparadas hacia su habitación.
08:05Allí estaba Zen, su tortuga.
08:08Estaba desprezándose después de haberse echado una buena siesta.
08:13Le extrañó ver a Silora tan activa y preocupada.
08:18¿Qué te pasa?
08:24Ah, yo sé, nos tenemos que ir a...
08:27Ah, yo sé, nos tenemos que ir a...
08:30Silora se quitó la ropa que llevaba en un saciamento y se puso su traje,
08:35del que destacaba en la parte central un corazón con tres coronas.
08:41Por último, se colocó su guante mágico, indispensable para poder usar sus superpoderes.
08:49Silora, no corras tanto, espera un momento.
08:52Has pensado en cómo comprobar si es mangoratine y, en ese caso, cómo solucionar el problema.
08:59Silora se quedó quieta mirando a su tortuga.
09:02No había caído en ello.
09:04Ah, mira, pues sigue ahí.
09:07¿Esto te lo dices?
09:09Sí, sí.
09:10¿Cómo funciona?
09:12Ah.
09:13Ah.
09:14Ah.
09:15Ah.
09:16Ah.
09:17Ah.
09:18Ah.
09:20Sí, ¿por qué?
09:21Ah.
09:23Anda, pues tiene razón, André.
09:25Anda, pues tiene razón.
09:27Lo que he pensado es salir de la calle e ir a la fábrica de antropología de Mangora.
09:32Y me he dicho cuatro cosas.
09:36Y te crees que Mangoratine va a admitir su culpa, ¿sí como así?
09:40Te diría que ya no ha sido.
09:42Te echarás de la fábrica y el problema continuará.
09:45Escúchame.
09:46Lo que tenemos que hacer es colarnos de la fábrica sin que ella se dé cuenta y llevar eso a su despacho.
09:52Seguro que Andrétine está en el brazo de sus pechorías.
09:56Entonces, sin ser vistos, pararemos la atrocidad que está cometiendo.
10:01Sí es cierto que está acelerando el embarazamiento.
10:05Será triste.
10:08Luego una villana en toda Mangora.
10:10Los abuelos deben pasear el mayor tiempo posible con sus nietos.
10:14Y eso es tema en disfrutar de ellos.
10:17Escuchar las personas mayores nos hará que vamos a tomar estancia.
10:21Y comprender la vida mejor así que vamos.
10:24Si no, acabaremos con esto.
10:27Sí, Nora y Zen bajaron las escaleras de su casa de dos en dos.
10:32Para no perder ni un segundo más.
10:36¿Pero bueno, dónde vais ahora?
10:39Preguntó su madre cuando vio que la niña y la tortuga abrían la puerta de casa.
10:44Enseguida venimos, mami. Confía en nosotros.
10:48Le respondió su nora.
10:50Una vez cerró la puerta, cogió acelerado y se dirigió corriendo a la fábrica de relojes de Mangora.
10:58El sol se había escondido en el horizonte y la luna creciente iba ocupando su lugar.
11:04Es perfecto que llegue la noche.
11:07Exclamó Zen.
11:09La oscuridad nos ocultará de los trabajadores y de la gente que pase.
11:14Mira, señora. Allí hay una ventana abierta. Podemos colarnos por ella.
11:23¿Y si no hay alimento?
11:26Pues si no, señora. Estaba nerviosa ante la aventura que tenía por delante.
11:31En ese caso, tengo una idea. Haz una cosa.
11:34Para el tiempo. Así los trabajadores de la fábrica se quedarán congelados y podremos movernos dentro de ellas sin problema.
11:44¿Y pensando?
11:46Sinora tocó su guante con la mano que tenía libre.
11:49De nuevo, cerró los ojos para invocar sus superpoderes.
11:54Notó que el guante cogía temperatura.
11:56Si se calentaba, significaba que los poderes de los superpoderes se iban disminuyendo.
12:01Si se calentaba, significaba que los poderes acudían a él y que iban a funcionar.
12:07Dos personas que caminaban a unos metros de distancia se quedaron paradas, como si se hubieran convertido en estatuas.
12:14Zen tocó el brazo derecho de Sinora.
12:17Ya puedes abrir los ojos. El tiempo se ha detenido. Vamos, tenemos que darnos prisa.
12:23Sinora primero dejó a Zen en el alceiza de la ventana.
12:28Y después de un salto, ella se encaranó a la misma.
12:32Habían conseguido entrar en la fábrica de relojes de Mangora Time.
12:36La niña volvió a coger a Zen en brazos y fueron estancia por estancia para dar con el despacho de Mangora.
12:44Los trabajadores estaban paralizados, como si se hubieran quedado congelados.
12:49Sinora leyó en sus mentes la enorme sorpresa de esas personas por no poder moverse.
12:55Las cintas transportadoras se habían parado.
12:59Solo sonaba la música de fondo que tenía puesta.
13:02De repente, Sinora notó que tenía que sentarse.
13:09No temas, Sinora. Estás cansada porque has parado el libro.
13:13Siéntate, coge aire y verás como en unos minutos estarás como nueva.
13:18Sinora hizo caso a Zen.
13:20Y, como por arte de magia, en muy poco rato estaba como antes.
13:25Poco después, vieron con su objetivo.
13:33Aquí está su despacho.
13:36Sinora dejó a Zen en el suelo y los dos se pusieron a buscar el artilugio que permitía a Mangora hacer de las suyas.
13:44Sinora, vuelva a borrar ese cajón.
13:47Dijo Zen, que miraba a una mesa con varios cajones cerrados con llaves.
13:52Me refiero al primero.
13:54Sinora intentó abrirlo, pero fue inútil.
13:58Miró a su alrededor, pero en un primer vistazo no alcanzó a ver nada que pudiera servirle para abrir ese cajón.
14:05De repente, escucharon que unos pasos se acercaban.
14:09Rápido, Sinora. Teníamos que esconder.
14:12A Zen no le dio tiempo a terminar la frase.
14:15La tortuga y Sinora vieron como entraba al despacho una mujer con sombrero y una especie de vestido marrón, con una falda bastante voluminosa.
14:31¿Quién es Sinora?
14:36Preguntó la misteriosa mujer.
14:38Sinora se quedó callada.
14:41No quería contestar, por si era Mangora y ella sola se debataba.
14:46Quiso leer plenamente, pero se encontró con una especie de muro que se lo impedía.
14:51Durante unos segundos, la atención casi se podía tocar de forma física.
14:56Fue la mujer la que rompió el hielo.
15:02Tranquila, que lees plenamente, pero no lo vas a poder.
15:08Dijo, mientras le guiaba, un ojo a Sinora.
15:13Y continuó.
15:38...
16:05Sinora y Zen se tranquilizaron.
16:07Zen hasta suspiró, como manera de expulsar los nervios que había acumulado en cuestión de segundos.
16:26Sinora lo señaló con la mano en la que tenía puesto el guante de los superpoderes.
16:38Ese es para mí.
16:41Dijo la bruja entre algunas carcajadas.
16:44De una bolsa de tela, Luzara sacó una especie de varita mágica y apuntó hacia el cajón.
16:51Sinora y Zen vieron que la varita emitía una especie de resplandor de color blanco y que Luzara clavaba su mirada en el cajón.
17:02Parecía que la estancia entera estaba a punto de ponerse a temblar.
17:08Y ya está, anunció la bruja.
17:11Sinora se acercó y, sin ninguna dificultad, abrió el cajón.
17:16Todos se asomaron al interior del mismo.
17:19Sinora sacó lo único que había.
17:21Era un reloj que corría a gran velocidad.
17:24Dentro de este reloj se encontraba la figura de dos ancianos, un hombre y una mujer, llenos de arrugas y con un agarrote a cada uno.
17:34De inmediato, Sinora le dio la vuelta y paró el reloj.
17:39Luzara, por su parte, lo tocó y musguró unas palabras.
17:48¿Qué estás diciendo?
17:50Preguntó Sinora, llena de curiosidad.
17:54Son rezos del año antiguo que sirven para parar el cataclismo.
18:05A partir de ahora, todos podrán tener su propia humanidad.
18:12En los siguientes años serán capaces de hacer muchas cosas.
18:19Más cosas.
18:23Luzara tocó la cabeza de Sinora de forma cariñosa y le dio un beso en la frente.
18:49Le preguntó Sinora.
18:54¿Quién sabe la verdad?
18:58Respondió Luzara con una sonrisa dulce dibujada en el rostro.
19:02En su bolsa de tela se guardó el perverso reloj de Malbora.
19:07Sinora se dio la vuelta para cerrar el cajón.
19:11No sin antes dejar dentro su sello de identidad, un reloj de arena.
19:17Cuando volvió a girarse para despedirse de Luzara, esta había desaparecido.
19:23Pero a Sinora no le daba miedo.
19:25Todo lo contrario, sintió una enorme paz y tranquilidad,
19:29como si Luzara fuera su guardián en las sombras a partir de ahora.
19:34Al día siguiente, Sinora y su madre volvieron al parque.
19:39Con zen, porque Sinora se empeñó en que debía acompañarla.
19:43Todo transcurrió con normalidad.
19:46Emilio volvía a hablar con su tono habitual,
19:49y todos los abuelos parecían haber recobrado años de vida.
19:53Por si acaso, enterró en la arena del parque un reloj de arena pequeño.
19:58Pensó que podía servir de protección para que ese parque no volviera a sufrir ningún maleficio.
20:06Cuando salían del parque de los cuentos eternos, Sinora le hizo una petición a su madre.
20:14Quiero ver a los abuelos que siguen aquí mañana.
20:17¡Claro que sí!
20:19Accedió su madre.
20:20¿Es que tienes planes de estar con ellos?
20:23Sí, quiero pasar con ellos todo el tiempo que pueda.
20:28La madre de Sinora la llevó a casa de sus abuelos, al pueblo, en el fin de semana.
20:34Sinora no se separó de ellos ni un momento.
20:37Zen se lo había aconsejado,
20:40y en el camino al pueblo le dijo a Sinora que no se iba a arrepentir
20:45y que lo que aprovechara de tiempo con ellos le haría ser más feliz.
20:50Dio un paseo por el campo con su abuelo.
20:52Ayudó a cocinar a su abuela.
20:54Recogió los huevos y echó de comer a las gallinas.
20:57También con su abuela.
20:59Fabricó un juguete de madera con su abuelo y, de boca de los dos,
21:04escuchó un cuento precioso al calor de la chimenea por la noche.
21:08Cuando fuera, hacía un frío glacial.
21:10Todo ello, claro está, con Zen a su lado.
21:23Abuelos, ¿me vais a contar cuentos toda la vida?
21:31Preguntó Sinora cuando terminaron y sus abuelos le dijeron que era hora de irse a la cama.
21:39Por supuesto que sí, cariño.
21:41Contestó su abuela.
21:43Una vez, ahora nos verás, aunque llegara un momento en el que no nos veas,
21:49nos dará igual, porque te seguiremos contando para comer más bien.
21:55Pero si no os veo, ¿cómo sabré que estoy contando cuentos?
22:00Porque sentirás tranquilidad y a tu mente volverán nuestras voces
22:05Y lo que precisamente tienes que hacer ahora.
22:08Venga, niña, a dormir, que mañana me tienes que ayudar a preparar un bizcocho
22:14que va a estar para ocuparse de ti.
22:17Sinora se calmó con las palabras de su abuela, con quien insistió en dormir esa noche.
22:22Tuvo la seguridad de que, de una forma o de otra, siempre las vendría a su lado.
22:35Muchas gracias.