La noche prometía un momento inolvidable, evocando el famoso beso espontáneo que Adrien Brody le dio a Halle Berry hace 22 años, cuando recibió su primer Oscar como Mejor Actor por su interpretación en El Pianista (2002), dirigida por Roman Polanski. En esta ocasión, sin embargo, su segundo galardón fue mucho más comedido. Esta vez, el beso apasionado se lo dio a su esposa desde el patio de butacas, antes de coronar su resurrección en Hollywood con su deslumbrante trabajo en The Brutalist, la aclamada obra maestra de Brady Corbet.
"Esta es una profesión muy frágil", comentó Brody tras recibir el premio de manos de Cillian Murphy. "Se ve muy glamurosa y a veces lo es, pero lo que realmente he ganado es perspectiva, tras el privilegio de regresar aquí". No cabe duda de que su carrera ha sido una montaña rusa, como él mismo destacó: un inicio brillante seguido por una travesía por el desierto, hasta finalmente llegar a este renacimiento como uno de los actores más respetados de su generación.
"Esta es una profesión muy frágil", comentó Brody tras recibir el premio de manos de Cillian Murphy. "Se ve muy glamurosa y a veces lo es, pero lo que realmente he ganado es perspectiva, tras el privilegio de regresar aquí". No cabe duda de que su carrera ha sido una montaña rusa, como él mismo destacó: un inicio brillante seguido por una travesía por el desierto, hasta finalmente llegar a este renacimiento como uno de los actores más respetados de su generación.
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