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00:00Buenos días. Una persona que se opone radical y racionalmente a que los alumnos sean educados
00:04en contenedores no puede estar de acuerdo en que la gente viva en caravanas, donde la
00:09clave reside en el verbo vivir. En Palma, donde una valiente ordenanza del alcalde Jaime Martínez
00:15ha desatado la polémica, hay caravanas para vivir y para sobrevivir. Las personas condenadas
00:20a las caravanas para sobrevivir deben recibir una solución alternativa. Los traficantes
00:26que aparcan gratuitamente las caravanas para vivir enfrente de las casas de mallorquines
00:30de clases medias deben ser desalojados de inmediato. Ni siquiera se les debería conceder
00:36una semana de plazo. Quienes animados de una intención benemérita defienden las caravanas
00:41están tirando piedras sobre su propio tejado. Los criminales, a falta de una palabra más
00:46adecuada, que están convirtiendo a Palma en una ciudad de precios desorbitados defienden
00:51las caravanas. La palabra clave es la normalización, habituarse a las casas ambulantes. Una vez
00:57aceptadas por los beneméritos, se convierten en una opción razonable, casi deseable. No
01:03te quejes de los precios, siempre puedes vivir en una caravana y en una tienda de campaña
01:08más adelante.