La policía de Kentucky está investigando la distribución de panfletos racistas del Ku Klux Klan en las que se insta a los inmigrantes a «marcharse ya».
Los folletos, que incluyen una caricatura del Tío Sam pateando a una familia de cinco miembros, se encontraron en ciudades de todo el estado el día de la inauguración de Trump.
Los documentos animan a «vigilar y rastrear a todos los inmigrantes» e incluyen un número de teléfono local y una invitación a «unirse a nosotros».
Las fuerzas del orden de Ludlow, una ciudad del norte de Kentucky, condenaron los panfletos, calificándolos de «inquietantes y repugnantes».
En un comunicado, la policía instó a los residentes a denunciar el acoso o las amenazas, haciendo hincapié en que la comunidad no aprueba ese comportamiento de odio.
Materiales similares fueron descubiertos en la cercana localidad de Fort Wright, donde las autoridades están investigando y buscando posibles cargos criminales.
El alcalde de Fort Wright, Dave Hatter, denunció los panfletos como «repugnantes y deplorables», afirmando que no reflejan los valores de la comunidad.
Los panfletos coinciden con un clima de creciente hostilidad hacia los inmigrantes, subrayado por una retórica política que promete deportaciones masivas.
Aunque el número de teléfono que aparece en los documentos ya no está en servicio, el incidente ha suscitado alarma.
En noviembre, apareció propaganda similar en Indiana, lo que sugiere un esfuerzo coordinado del grupo supremacista blanco para difundir su mensaje de odio.
Los residentes y las autoridades de Kentucky permanecen vigilantes, trabajando para combatir la presencia de materiales tan divisivos en sus comunidades.
Los folletos, que incluyen una caricatura del Tío Sam pateando a una familia de cinco miembros, se encontraron en ciudades de todo el estado el día de la inauguración de Trump.
Los documentos animan a «vigilar y rastrear a todos los inmigrantes» e incluyen un número de teléfono local y una invitación a «unirse a nosotros».
Las fuerzas del orden de Ludlow, una ciudad del norte de Kentucky, condenaron los panfletos, calificándolos de «inquietantes y repugnantes».
En un comunicado, la policía instó a los residentes a denunciar el acoso o las amenazas, haciendo hincapié en que la comunidad no aprueba ese comportamiento de odio.
Materiales similares fueron descubiertos en la cercana localidad de Fort Wright, donde las autoridades están investigando y buscando posibles cargos criminales.
El alcalde de Fort Wright, Dave Hatter, denunció los panfletos como «repugnantes y deplorables», afirmando que no reflejan los valores de la comunidad.
Los panfletos coinciden con un clima de creciente hostilidad hacia los inmigrantes, subrayado por una retórica política que promete deportaciones masivas.
Aunque el número de teléfono que aparece en los documentos ya no está en servicio, el incidente ha suscitado alarma.
En noviembre, apareció propaganda similar en Indiana, lo que sugiere un esfuerzo coordinado del grupo supremacista blanco para difundir su mensaje de odio.
Los residentes y las autoridades de Kentucky permanecen vigilantes, trabajando para combatir la presencia de materiales tan divisivos en sus comunidades.
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