El regreso de Donald Trump a la presidencia comenzó con medidas radicales que supusieron un cambio drástico en las políticas de inmigración, clima, comercio y justicia.
A las pocas horas de su investidura, Trump puso en marcha medidas que marcan un alejamiento del enfoque de su predecesor.
La administración cerró abruptamente la aplicación CBP One, un programa introducido bajo la presidencia de Biden para facilitar las solicitudes de asilo.
Este programa, que permitía a los migrantes programar citas en puertos de entrada legales, había facilitado el acceso de más de 900.000 personas.
El cierre del programa por parte de Trump canceló las citas existentes para aproximadamente 30.000 migrantes, dejando a casi 300.000 varados en México.
En el frente climático, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, dando marcha atrás en los esfuerzos para combatir el calentamiento global.
Al abandonar este pacto, Estados Unidos se unió a un pequeño grupo de naciones fuera del acuerdo.
La decisión de Trump de redoblar la producción de combustibles fósiles y dar marcha atrás en las políticas de energías limpias suscitó duras críticas de los ecologistas, que advirtieron de las nefastas consecuencias para el clima.
En materia de comercio, Trump firmó una orden ejecutiva por la que se iniciaban amplias investigaciones sobre los déficits comerciales, la manipulación de divisas y la eficacia de los acuerdos comerciales existentes.
Aunque no llegó a imponer aranceles inmediatos, la orden allana el camino para posibles medidas comerciales dirigidas a China, Canadá y México.
Trump también ordenó a las agencias que evaluaran la viabilidad de un arancel universal y la creación de un «Servicio de Ingresos Externos» para gestionar los aranceles.
La administración hizo hincapié en los aranceles como herramientas para proteger las industrias estadounidenses y generar ingresos.
Trump concedió amplios indultos y conmutaciones a casi 1.600 personas acusadas en relación con el atentado del 6 de enero en el Capitolio.
Estos actos de clemencia borraron condenas y sentencias, incluidas las de delincuentes violentos como el líder de los Proud Boys, Enrique Tarrio, y el fundador de Oath Keepers, Stewart Rhodes.
Al desestimar todas las acusaciones pendientes relacionadas con el ataque, Trump desmanteló efectivamente años de esfuerzos de la fiscalía para responsabilizar a los alborotadores.
Sus acciones trataron de reformular los acontecimientos del 6 de enero, enmarcando a los participantes como víctimas en lugar de autores.
A las pocas horas de su investidura, Trump puso en marcha medidas que marcan un alejamiento del enfoque de su predecesor.
La administración cerró abruptamente la aplicación CBP One, un programa introducido bajo la presidencia de Biden para facilitar las solicitudes de asilo.
Este programa, que permitía a los migrantes programar citas en puertos de entrada legales, había facilitado el acceso de más de 900.000 personas.
El cierre del programa por parte de Trump canceló las citas existentes para aproximadamente 30.000 migrantes, dejando a casi 300.000 varados en México.
En el frente climático, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, dando marcha atrás en los esfuerzos para combatir el calentamiento global.
Al abandonar este pacto, Estados Unidos se unió a un pequeño grupo de naciones fuera del acuerdo.
La decisión de Trump de redoblar la producción de combustibles fósiles y dar marcha atrás en las políticas de energías limpias suscitó duras críticas de los ecologistas, que advirtieron de las nefastas consecuencias para el clima.
En materia de comercio, Trump firmó una orden ejecutiva por la que se iniciaban amplias investigaciones sobre los déficits comerciales, la manipulación de divisas y la eficacia de los acuerdos comerciales existentes.
Aunque no llegó a imponer aranceles inmediatos, la orden allana el camino para posibles medidas comerciales dirigidas a China, Canadá y México.
Trump también ordenó a las agencias que evaluaran la viabilidad de un arancel universal y la creación de un «Servicio de Ingresos Externos» para gestionar los aranceles.
La administración hizo hincapié en los aranceles como herramientas para proteger las industrias estadounidenses y generar ingresos.
Trump concedió amplios indultos y conmutaciones a casi 1.600 personas acusadas en relación con el atentado del 6 de enero en el Capitolio.
Estos actos de clemencia borraron condenas y sentencias, incluidas las de delincuentes violentos como el líder de los Proud Boys, Enrique Tarrio, y el fundador de Oath Keepers, Stewart Rhodes.
Al desestimar todas las acusaciones pendientes relacionadas con el ataque, Trump desmanteló efectivamente años de esfuerzos de la fiscalía para responsabilizar a los alborotadores.
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