La disputa legal entre el director de «It Ends with Us», Justin Baldoni, y la actriz Blake Lively se está intensificando, con graves acusaciones por ambas partes.
El abogado de Baldoni, Bryan Freedman, ha acusado al equipo de Lively de orquestar una campaña de desprestigio proporcionando «documentos groseramente editados» a The New York Times antes de presentar su denuncia.
Freedman ha prometido hacer públicas las pruebas de lo que ha descrito como un patrón de intimidación y amenazas por parte de Blake Lively para hacerse con el control de la película.
La actriz afirma que Baldoni creó un «ambiente de trabajo hostil» mediante un comportamiento perturbador y poco profesional.
Baldoni entró en la caravana de la actriz sin invitación, la presionó para que simulara desnudos sin discusión previa e improvisó escenas íntimas sin un coordinador de intimidad.
Su equipo legal ha calificado estas «graves acusaciones de acoso sexual y represalias» y ha subrayado que están respaldadas por pruebas concretas.
En respuesta, Baldoni ha interpuesto una demanda de 250 millones de dólares contra The New York Times, alegando que el reportaje sobre la denuncia de Blake Lively formaba parte de una calculada campaña de desprestigio.
Freedman ha tachado las afirmaciones de la actriz de «falsas, escandalosas e intencionadamente salaces», afirmando que su demanda pretende reparar su reputación.
Ambas partes han redoblado sus esfuerzos, y los abogados de Blake Lively han advertido contra las tácticas de «culpar a la víctima» y han reafirmado su intención de hacer justicia en los tribunales.
El abogado de Baldoni, Bryan Freedman, ha acusado al equipo de Lively de orquestar una campaña de desprestigio proporcionando «documentos groseramente editados» a The New York Times antes de presentar su denuncia.
Freedman ha prometido hacer públicas las pruebas de lo que ha descrito como un patrón de intimidación y amenazas por parte de Blake Lively para hacerse con el control de la película.
La actriz afirma que Baldoni creó un «ambiente de trabajo hostil» mediante un comportamiento perturbador y poco profesional.
Baldoni entró en la caravana de la actriz sin invitación, la presionó para que simulara desnudos sin discusión previa e improvisó escenas íntimas sin un coordinador de intimidad.
Su equipo legal ha calificado estas «graves acusaciones de acoso sexual y represalias» y ha subrayado que están respaldadas por pruebas concretas.
En respuesta, Baldoni ha interpuesto una demanda de 250 millones de dólares contra The New York Times, alegando que el reportaje sobre la denuncia de Blake Lively formaba parte de una calculada campaña de desprestigio.
Freedman ha tachado las afirmaciones de la actriz de «falsas, escandalosas e intencionadamente salaces», afirmando que su demanda pretende reparar su reputación.
Ambas partes han redoblado sus esfuerzos, y los abogados de Blake Lively han advertido contra las tácticas de «culpar a la víctima» y han reafirmado su intención de hacer justicia en los tribunales.
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