Un centenar de curanderos, llamados “yatiris” en el idioma aimara, se niegan a dejar sus negocios pese al riesgo de desplomarse debido a que están en el límite de La Paz y la ciudad contigua de El Alto, terreno que comenzó a ceder a un precipicio por las lluvias registradas en Bolivia.
"Yo no estoy en riesgo, aquí atrás tengo harto espacio, los otros están en riesgo", dijo de forma breve a EFE un curandero que espera sentado dentro de su caseta a sus clientes.
"Yo no estoy en riesgo, aquí atrás tengo harto espacio, los otros están en riesgo", dijo de forma breve a EFE un curandero que espera sentado dentro de su caseta a sus clientes.
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00:00En pequeñas casetas como estas habitan cientos de yatiris o curanderos en Bolivia. Se niegan
00:05a salir de ellas a pesar de estar ubicadas en el límite de La Paz y la ciudad contigua
00:09del Alto, en un terreno con riesgo de desplomarse. Según los expertos, el terreno donde están
00:15asentados los negocios es inestable y la época de lluvias ya se acerca, por lo que aseguran
00:20que es importante tomar previsiones. La Alcaldía del Alto y la Alcaldía de La Paz le entregaron
00:25tres notificaciones a los dirigentes de los curanderos para que se retiren del lugar,
00:29pero aseguran que se han puesto reacios y no quieren escuchar nada sobre el riesgo
00:33que representa seguir aquí. Los curanderos forman un sector conocido por la población
00:37que acude a ellos y confía para tratar problemas de salud y hasta para conocer si una mujer
00:42está embarazada. Hace una década se instalaron en carpas en esta avenida del Alto. Con el
00:47tiempo construyeron sus propias casetas donde actualmente reciben a sus clientes que llegan
00:51de diferentes zonas para hacerse leer la suerte.