¡Así es como comienzan mis vacaciones! Todo comenzó con la emoción de preparar la maleta, asegurándome de que no se me olvidara nada importante para un viaje de más de 12 horas en autobús. Horas interminables sentado, mirando por la ventana y contando los minutos hasta llegar a mi destino... Pero la aventura no iba a ser tan fácil. Al llegar, ¡sorpresa! El autobús no apareció como se esperaba, y me vi obligado a caminar kilómetros para encontrarme con mi lugar de descanso. Estaba agotado, pero la sensación de desafío solo le dio más emoción al momento. A pesar de todo, lo logré. Finalmente llegué, y después de tanta incertidumbre, pude descansar y disfrutar de una tarde impresionante. El cansancio se desvaneció en cuanto vi lo que me esperaba: un paisaje único, la tranquilidad que tanto necesitaba y la sensación de que todo el esfuerzo había valido la pena. ¡Este viaje prometía ser una verdadera aventura!
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Diversión