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Con una maleta cargada de sueños, un álbum de fotos familiares y lo esencial para empezar de nuevo, Rafaela Pimentel aterrizó en Madrid hace más de treinta años. Hoy, esta mujer dominicana se ha convertido en una de las voces más influyentes en la defensa de los derechos de las trabajadoras domésticas en España.

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Transcripción
00:00Me vine para acá en el 92, y a los dos años comencé a buscar
00:07todo lo que era el movimiento feminista,
00:10porque yo estaba organizada también allí, en República Dominicana.
00:14Aquí, primero, cuando llegas,
00:17lo primero que haces es el trabajo de trabajadora de hogares,
00:20es como el impacto para las personas migrantes
00:24que llegamos a países como Europa,
00:27las mujeres llegábamos a realizar directamente el trabajo doméstico.
00:32Yo llegué acá y, como una migrante más,
00:36no me salvé tampoco de esto, porque yo tenía un hijo acá,
00:41y tenía que mantener a mi familia,
00:45yo tenía que trabajar para, además, poder enviar dinero para allá.
00:51Y, además, cuando llegué acá,
00:55me robaron todo el dinero que traje,
00:58y, claro, yo tenía que devolver ese dinero.
01:01En mi casa, yo, amigas que tenía, las invitaba,
01:06y entonces iban a mi casa, y ahí nos reuníamos,
01:10y hablábamos de nuestras comidas,
01:12hablábamos del Día de la Madre, de las fechas.
01:16Casi todas ellas trabajaban de interna,
01:19yo no trabajé de interna porque tenía al niño aquí pequeño.
01:23Yo vivía en un piso compartido,
01:25tenía como un hogar que muchas de ellas,
01:32al trabajar de interna, no lo tenían.
01:34Y luego ya, en el 2006,
01:36pasé a lo que era el formar el colectivo donde estoy ahora.
01:42Lo más difícil fue dejar a mi familia,
01:45dejar a mis amigos, dejar a mi gente.
01:50Es muy duro encontrarte en un país distinto,
01:54que no tienes tu costumbre, tus comidas, tus tradiciones.
02:01Encontrarme aquí sola fue una cosa muy complicada,
02:07pero eso creo que pasa a todas las que decidimos migrar,
02:14es como el coste que tenemos que pagar.
02:18El permiso que me daban las familias con las que yo trabajaba,
02:23el poderlo tener allí,
02:24porque tener a mi hijo cuando cerraban los colegios,
02:28tenerlo conmigo y yo verlo ahí jugar con los niños
02:32que yo cuidaba también, cuidando yo también el mío,
02:36eso me garantizaba también una seguridad
02:40para yo realizar el trabajo sin tener esa preocupación.
02:46Y que a muchas mujeres es lo peor que les pasa.
02:52Muchas porque tienen los hijos en sus países
02:57y, claro, no tener a tus hijas aquí
02:59y luego tú tener que estar cuidando a otros
03:03cuando tus niños tienen fiebre
03:05y luego tú cuidándolos a través del teléfono
03:09mientras tú estás cuidando aquí a alguien.
03:12Eso es uno de los dolores más fuertes
03:18o de las situaciones más delicadas
03:20que podemos pasar las mujeres migrantes.
03:23El poder traer a tu familia,
03:26eso es la travesía más infernal que puedes tener.
03:30Cuando ha venido el tema de la guerra de Ucrania,
03:36es importante que se acoja a la gente,
03:43y más cuando vienen de una guerra, que es algo tan duro.
03:46Pero para nosotras, por ejemplo, las mujeres latinoamericanas,
03:50fue como un golpe duro el que,
03:54tanto que pedíamos que se facilitara la reagrupación,
03:59que es que pasas años en esto,
04:02y luego, de repente, aquí se facilitó
04:05un montón de recurso, de espacio.
04:10Ahí vimos muy claro que había un racismo encubierto.
04:16Era lo mismo dar apoyo y facilitar
04:20esto de esta reagrupación a niños blancos,
04:24y, sin embargo, vimos cómo sí que era posible tener a los tuyos
04:30sin que te pusieran tantas trabas.

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