Así ha quedado la isla francesa de Mayotte tras ser arrasada por el ciclón Chido

Francia ha movilizado ayuda urgente para Mayotte, su territorio de ultramar en el océano Índico, tras el paso del ciclón Chido, el peor registrado en la isla en casi un siglo. La tormenta, que golpeó el sábado con vientos de más de 220 km/h, dejó a su paso devastación total y un balance de muertos de momento desconocido.
El prefecto de Mayotte, François-Xavier Bieuville, afirmó que los barrios más pobres de la isla, compuestos por chozas de metal y estructuras informales, han sido los más afectados, lo que dificulta un recuento exacto de los fallecidos. Además, la tradición musulmana de enterrar a los muertos en menos de 24 horas y la gran cantidad de migrantes irregulares que viven en la isla agravan los desafíos para contabilizar las víctimas.
“Barrios enteros han sido arrasados, mientras que infraestructuras clave, como el principal aeropuerto y el hospital, han sufrido daños graves”, aseguró Bieuville. La torre de control del aeropuerto quedó inutilizada, permitiendo únicamente vuelos militares, lo que ha complicado la llegada de suministros y personal de emergencia.
Equipos de rescate, personal médico y toneladas de suministros han sido enviados desde Francia y el cercano territorio de Reunión. Además, se espera la llegada de más de 800 efectivos en los próximos días para reforzar las labores de rescate y asistencia.
El Ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, viajó a Mamoudzou, capital de Mayotte, para supervisar las operaciones de emergencia. “Tomará días establecer el número total de víctimas humanas”, señaló en declaraciones a medios locales.
Con una población de 300.000 habitantes, Mayotte es el departamento más pobre de Francia y el territorio más desfavorecido de la Unión Europea. Su situación económica la convierte en un destino para migrantes de países vecinos como Comoras y Somalia, lo que agrava la vulnerabilidad de sus habitantes ante catástrofes naturales.
El ciclón Chido, de categoría 4, no solo afectó a Mayotte, sino también a las islas de Comoras y Madagascar, aunque fue la primera la que recibió el impacto más severo. Los daños masivos evidencian la fragilidad de esta región frente a fenómenos climáticos extremos.