Una investigación realizada por la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) ha revelado que los perros pueden «sentir» las emociones de sus dueños a través del ritmo cardíaco humano.
Según el estudio, la variación de los latidos de los dueños influye directamente en los de los perros.
La investigación analizó la interacción entre humanos y perros, centrándose en la variabilidad del ritmo cardíaco, que refleja el estado del sistema nervioso autónomo.
Este sistema controla funciones inconscientes, como la respiración, y la variación del ritmo cardíaco puede indicar relajación o tensión.
Los científicos observaron que los latidos de los perros se ajustaban a los de los humanos en los momentos de interacción.
La investigadora Aija Koskela subraya que esta conexión es especialmente evidente en los momentos de descanso, cuando no hay distracciones externas.
En estas situaciones, los perros y sus dueños mostraban reacciones sincronizadas a los estados emocionales del otro.
El estudio señala que los dueños más ansiosos o sensibles presentan mayores variaciones del ritmo cardíaco y, en consecuencia, establecen vínculos emocionales más profundos con sus perros.
Este hallazgo refuerza la idea de que los perros no sólo perciben las emociones humanas, sino que también influyen en el bienestar emocional de sus dueños, creando una relación única de conexión y apoyo mutuo.
Según el estudio, la variación de los latidos de los dueños influye directamente en los de los perros.
La investigación analizó la interacción entre humanos y perros, centrándose en la variabilidad del ritmo cardíaco, que refleja el estado del sistema nervioso autónomo.
Este sistema controla funciones inconscientes, como la respiración, y la variación del ritmo cardíaco puede indicar relajación o tensión.
Los científicos observaron que los latidos de los perros se ajustaban a los de los humanos en los momentos de interacción.
La investigadora Aija Koskela subraya que esta conexión es especialmente evidente en los momentos de descanso, cuando no hay distracciones externas.
En estas situaciones, los perros y sus dueños mostraban reacciones sincronizadas a los estados emocionales del otro.
El estudio señala que los dueños más ansiosos o sensibles presentan mayores variaciones del ritmo cardíaco y, en consecuencia, establecen vínculos emocionales más profundos con sus perros.
Este hallazgo refuerza la idea de que los perros no sólo perciben las emociones humanas, sino que también influyen en el bienestar emocional de sus dueños, creando una relación única de conexión y apoyo mutuo.
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