La creencia en los fantasmas es un fenómeno cultural muy extendido. En diversas culturas, se cree que los espíritus sobreviven a la muerte y habitan en un reino aparte.
Una encuesta de Ipsos realizada en 2019 reveló que el 46% de los estadounidenses cree en los fantasmas, una cifra considerable en comparación con el 7% que cree en los vampiros.
La creencia en los fantasmas se asocia a menudo con otras creencias paranormales, como la vida después de la muerte y la comunicación con los espíritus.
Históricamente, la búsqueda de comunicación con los espíritus se remonta a tiempos remotos.
En la Inglaterra victoriana, las sesiones de espiritismo eran populares entre las clases altas, mientras que en las universidades respetables surgían clubes de investigación de fantasmas.
Aunque la caza de fantasmas se ha convertido en un fenómeno popular, con programas como ‘Cazadores de Fantasmas’, las pruebas científicas de la existencia de fantasmas son escasas.
Muchos informes de experiencias sobrenaturales carecen de pruebas objetivas, y la ciencia no suele encontrar una explicación concreta para los fenómenos atribuidos a los fantasmas.
La mayoría de las creencias en fantasmas derivan de experiencias personales, pero muchas se basan en teorías científicas, como la Primera Ley de la Termodinámica de Einstein.
Sin embargo, la realidad es que, tras la muerte, la energía del cuerpo se dispersa en el entorno.
Las actividades de los cazafantasmas, aunque a menudo se consideran investigación, pueden entenderse mejor como una forma de espectáculo.
Así, a pesar de las innumerables historias y teorías, las pruebas de la existencia de fantasmas siguen siendo ambiguas.
En última instancia, la creencia en ellos tiene más que ver con el entretenimiento, la conexión emocional y el placer de contar historias que con la búsqueda de pruebas fehacientes.
Una encuesta de Ipsos realizada en 2019 reveló que el 46% de los estadounidenses cree en los fantasmas, una cifra considerable en comparación con el 7% que cree en los vampiros.
La creencia en los fantasmas se asocia a menudo con otras creencias paranormales, como la vida después de la muerte y la comunicación con los espíritus.
Históricamente, la búsqueda de comunicación con los espíritus se remonta a tiempos remotos.
En la Inglaterra victoriana, las sesiones de espiritismo eran populares entre las clases altas, mientras que en las universidades respetables surgían clubes de investigación de fantasmas.
Aunque la caza de fantasmas se ha convertido en un fenómeno popular, con programas como ‘Cazadores de Fantasmas’, las pruebas científicas de la existencia de fantasmas son escasas.
Muchos informes de experiencias sobrenaturales carecen de pruebas objetivas, y la ciencia no suele encontrar una explicación concreta para los fenómenos atribuidos a los fantasmas.
La mayoría de las creencias en fantasmas derivan de experiencias personales, pero muchas se basan en teorías científicas, como la Primera Ley de la Termodinámica de Einstein.
Sin embargo, la realidad es que, tras la muerte, la energía del cuerpo se dispersa en el entorno.
Las actividades de los cazafantasmas, aunque a menudo se consideran investigación, pueden entenderse mejor como una forma de espectáculo.
Así, a pesar de las innumerables historias y teorías, las pruebas de la existencia de fantasmas siguen siendo ambiguas.
En última instancia, la creencia en ellos tiene más que ver con el entretenimiento, la conexión emocional y el placer de contar historias que con la búsqueda de pruebas fehacientes.
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