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Artículo emblemático sobre la decadencia de España, escrito por Francisco Silvela (1843-1905), un destacado político, abogado y escritor español, conocido por su papel en la política durante la Restauración borbónica en España.

Tras la pérdida de las últimas colonias en América y Asia debido a la derrota en la Guerra Hispano-Estadounidense, la nación se encontraba sumida en una profunda crisis de identidad y moral.

En su artículo, Silvela ofrece una aguda crítica de la situación política, social y económica de España. Utiliza el concepto de "sin pulso" como una metáfora para describir el estado de letargo y desmoralización que percibía en el país. Silvela argumenta que España estaba falta de energía y dirección, incapaz de enfrentar los desafíos del presente y del futuro.

Silvela denuncia la ineficacia de los gobernantes y la corrupción en las instituciones, señalando que estos problemas habían contribuido significativamente a la decadencia del país. Además, hace un llamado a la regeneración nacional, instando a los ciudadanos y líderes a despertar y tomar medidas decisivas para revitalizar España.

El artículo refleja el espíritu de la Generación del 98, un grupo de intelectuales y escritores que surgieron en respuesta a la crisis del fin de siglo. Estos pensadores buscaban una renovación cultural y política, y compartían la preocupación de Silvela por el destino de España.

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© 2024. José Peña Coto. Todos los derechos reservados.
Transcripción
00:00¡Varones ilustres! ¿Hasta cuándo seréis de corazón duro? ¿Por qué amáis la vanidad y vais
00:07tras la mentira? Isaías, Salmo IV. ¿Quisiéramos oír esas o parecidas palabras brotando de los
00:16labios del pueblo? Pero no se oye nada. No se percibe agitación en los espíritus,
00:22ni movimiento en las gentes. Los doctores de la política y los facultativos de cabecera
00:29estudiarán, sin duda, el mal. Discurrirán sobre sus orígenes, su clasificación y sus remedios.
00:36Pero el más ajeno a la ciencia que preste alguna atención a asuntos públicos observa
00:43este singular estado de España. Dondequiera que se ponga al tacto,
00:47no se encuentra el pulso. Monárquicos, republicanos, conservadores, liberales,
00:55todos los que tengan algún interés en que este cuerpo nacional viva, esfuerzas se alarmen y
01:02preocupen con tal suceso. Las turbulencias se encauzan, las rebeldías se reprimen. Hasta
01:11las locuras se reducen a la razón por la pena o por el acertado régimen. Pero el corazón que
01:18cesa de latir y va dejando frías e insensibles todas las regiones del cuerpo, anuncia la
01:26descomposición y la muerte al más lego. La guerra con los ingratos hijos de Cuba no
01:33movió una sola fibra del sentimiento popular. Hablaban con elocuencia los oradores en las
01:40cámaras de sacrificar la última peseta y derramar la postrer gota de sangre. De lo demás,
01:46obsequiaban los ayuntamientos a los soldados, que saludaban y marchaban sumisos, trayendo a
01:54la memoria el ave César de los gladiadores romanos. Sonaba la marcha de Cádiz, aplaudía la prensa,
02:02y el país, inerte, dejaba hacer. Era, decíamos, que no interesaba su alma una lucha civil,
02:10una guerra contra la naturaleza y el clima, sin triunfos y sin derrotas.
02:16Se descubre más tarde nuestro verdadero enemigo. Lanza un reto brutal. Vamos a la guerra extranjera.
02:25Se acumulan en pocos días, en breves horas, las excitaciones más vivas de la esperanza,
02:32de la ilusión, de la victoria, de las decepciones crueles, de los desencantos más amargos.
02:40Y apenas si se intenta en las arterias del Suizo y de las cuatro calles una leve agitación por el
02:47gastado procedimiento de las antiguas recepciones y despedidas de andén de los tiempos heroicos
02:54del señor Romero Robledo. Se hace la paz. La razón la aconseja. Los hombres de sereno juicio
03:03no la discuten. Pero ella significa nuestro vencimiento. La expulsión de nuestra bandera
03:09de las tierras que descubrimos y conquistamos. Todos ven que alguna diligencia más en los
03:16caudillos, mayor previsión en los gobiernos, hubieran bastado para arrancar algún momento
03:22de gloria para nosotros. Una fecha o una victoria en la que descansar de tan universal decadencia.
03:30Y posar los ojos y los de nuestros hijos con fe en nuestra raza. Todos esperaban o temían algún
03:38estremecimiento de la conciencia popular. Solo se advierte una nube general de silenciosa tristeza,
03:45que presta como un fondo gris al cuadro, pero sin alterar vida, ni costumbres, ni diversiones,
03:53ni sumisión al que sin saber por qué ni para qué le toque ocupar el gobierno.
03:59Es que el materialismo nos ha invadido. Se dice. Es que el egoísmo nos mata. Que han pasado las
04:09ideas del deber, de la gloria, del honor nacional. Que se han amortiguado las pasiones guerreras. Que
04:17nadie piensa más que en su personal beneficio. Profundo error. Ese conjunto de pasiones buenas
04:24y malas constituyen el alma de los pueblos. Vivirán lo que viva el hombre, porque son expresión de su
04:32naturaleza esencial. Lo que hay es que cuando los pueblos se debilitan y mueren sus pasiones, no es
04:40que se transforman y se modifican sus instintos, o sus ideas, o sus afecciones y maneras de sentir.
04:47Es que se acaban por una causa más grave aún. Por la extinción de la vida. Así hemos visto que la
04:56propia pasividad que ha demostrado el país ante la guerra civil, ante la lucha con el extranjero,
05:02ante el vencimiento sin gloria, ante la incapacidad que esterilizaba los esfuerzos y
05:09desperdiciaba las ocasiones, la ha acreditado para dejarse arrebatar sus hijos y perder sus
05:16tesoros. Y amputaciones tan crueles como el pago en pesetas de las cubas y del exterior, se han
05:24sufrido sin una queja por las clases medias, siempre las más prontas y mejor habilitadas
05:30para la resistencia y el ruido. En vano la prensa de gran circulación, alentada por los éxitos
05:37logrados en sucesos de menor monta, se ha esforzado en mover la opinión, llamando a la puerta de las
05:44pasiones populares, sin reparar en medios y con sobradas razones muchas veces en cuanto se refiere
05:52a errores, deficiencias e imprevisiones de gobernantes. Todo ha sido inútil, y con visible
05:59simpatía mira gran parte del país la censura previa. No porque entienda, defiende el orden y
06:07la paz, sino porque le atenúa y suaviza el pasto espiritual que a diario le sirven los periódicos.
06:14Y los pone más en armonía con su indiferencia y flojedad de nervios. No hay exageración en esta
06:21pintura, ni pesimismo en deducir de ella, como en el clásico epigrama, que una cosa tan bellaca no
06:29puede parar en bien. Que contemplen tal y tan notorios trago los extraños con indiferencia,
06:37y que lo señalen, y lo hagan constar los que pudieran ser herederos de nuestro patrimonio
06:43con delectación poco disimulada. Se explica. Pero los que tienen por oficio y ministerio la dirección
06:51del Estado no cumplirán sus más elementales deberes si no acuden con apremio y con energía
06:57al remedio, procurando atajar el daño con el total cambio del régimen que ha traído a tal
07:04Estado el espíritu público. Hay que dejar la mentira y desposarse con la verdad. Hay que
07:11abandonar las vanidades y sujetarse a la realidad, reconstituyendo todos los organismos de la vida
07:19nacional sobre los cimientos, modestos pero firmes, que nuestros medios nos consienten. No sobre las
07:27formas huecas de un convencionalismo que, como a nadie engaña, a todos desalienta y burla. No hay
07:35que fingir arsenales y astilleros donde sólo hay edificios y plantillas de personal que nada
07:42guardan y nada construyen. No hay que suponer escuadras que no maniobran ni disparan, ni citar
07:49como ejércitos las meras agregaciones de mozos sorteables, ni empeñarse con conservar más de lo
07:57que podamos administrar sin ficciones desastrosas, ni prodigar recompensas para que se deduzcan de
08:04ellas heroísmos. Y hay que levantar a toda costa, y sin pararse en amarguras y sacrificios y riesgos
08:13de parciales disgustos y rebeldías, el concepto moral de los gobiernos centrales. Porque si esa
08:21dignificación no se logra, la descomposición del cuerpo nacional es segura. El efecto inevitable
08:30del menosprecio de un país respecto de su poder central es el mismo que en todos los cuerpos vivos
08:36produce la anemia y la decadencia de la fuerza cerebral. Primero, la atonía, y después la
08:45disgregación y la muerte. Las enfermedades, dice el vulgo, que entran por arrobas y salen por adharmes.
08:54Y esta popular expresión es harto más visible y clara en los males públicos. La degeneración de
09:02nuestras facultades y potencias tutelares ha desbaratado nuestra dominación en América,
09:07y tiene en grave disputa la del Extremo Oriente. Pero aún es más grave que la misma corrupción
09:15y endeblez avance de las extremidades a los organismos más nobles y preciosos del tronco.
09:22Y ello vendrá sin remedio si no se reconstituye y dignifica la acción del Estado. Engañados
09:29grandemente vivirán los que crean que por no vocear los republicanos en las ciudades,
09:35ni alzarse los carlistas en la montaña, ni cojar los intentos de tales o cuales jefes de los
09:43cuarteles, ni cuidarse el país de que la imprenta calle, o las elecciones se mixtifiquen, o los
09:51ayuntamientos exploten sin ruido las concejalías, y los gobernadores los juegos y los servicios.
09:58Está asegurado el orden y es inconmovible el trono. Y nada hay que temer ya de los males
10:05interiores que a otras generaciones afligieron. Si pronto no se cambia radicalmente de rumbo,
10:13el riesgo es infinitamente mayor, por lo mismo que es más hondo y de remedio imposible.
10:20Si sacude tarde. El riesgo es el total quebranto de los vínculos nacionales y la condenación,
10:28por nosotros mismos, de nuestro destino como pueblo europeo, y tras de la propia condenación.
10:35Claro es que no se hará esperar quien en su provecho y en nuestro daño la ejecute.
10:42Francisco Silvella

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