"Ante la ley" es un cuento de Franz Kafka sobre un campesino que desea acceder a la ley. Un guardián le dice que no puede entrar y lo deja esperando durante años. Al final, el campesino muere sin haber logrado entrar, y el guardián revela que la entrada era solo para él. La historia aborda la inaccesibilidad de la justicia y la espera interminable.
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CreatividadTranscripción
00:00Ante la ley. Franz Kafka.
00:03Ante la ley hay un guardián.
00:05Un campesino se presenta frente a este guardián
00:08y solicita que le permita entrar en la ley.
00:10Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar.
00:14El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
00:18Tal vez, dice el centinela, pero no por ahora.
00:22La puerta que da a la ley está abierta, como de costumbre.
00:25Cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar.
00:29El guardián lo ve, se sonríe y le dice.
00:32Si tu deseo es tan grande, haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición.
00:37Pero recuerda que soy poderoso, y solo soy el último de los guardianes.
00:41Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro.
00:46Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
00:50El campesino no había previsto estas dificultades.
00:53La ley debería ser siempre accesible para todos, piensa.
00:57Pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña,
01:02su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar.
01:08El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
01:13Allí espera días y años.
01:16Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas.
01:20Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él.
01:24Le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas.
01:28Pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores,
01:32y finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar.
01:35El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje,
01:39sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián.
01:43Este acepta todo, en efecto, pero le dice,
01:46lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
01:50Durante esos largos años el hombre observa casi continuamente al guardián.
01:55Se olvida de los otros y le parece que este es el único obstáculo que lo separa de la ley.
02:00Maldice su mala suerte durante los primeros años audazmente y en voz alta.
02:05Más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí.
02:10Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián
02:15ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel,
02:18también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián.
02:22Finalmente, su vista se debilita y ya no sabe si realmente hay menos luz
02:27o si sólo lo engañan sus ojos.
02:30Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor
02:33que surge inextinguible de la puerta de la ley.
02:36Ya le queda poco tiempo de vida.
02:39Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años
02:43se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado.
02:48Hace señas al guardián para que se acerque,
02:51ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo.
02:55El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él,
02:59porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo,
03:03para desmedro del campesino.
03:06—¿Qué quieres saber ahora? —pregunta el guardián.
03:09—Eres insaciable.
03:11Todos se esfuerzan por llegar a la ley —dice el hombre.
03:15¿Cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
03:20El guardián comprende que el hombre está por morir
03:23y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras,
03:26le dice junto al oído con voz atronadora,
03:29—Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti.
03:33Ahora voy a cerrarla.
03:36Fin