Un gran número de los ingresos en hospitales por parte de personas ancianas es debido a caídas.
Las caídas frecuentes pueden llegar a ser mortales en las personas de mayor edad.
Las caídas pueden causar secuelas dolorosas y permanentes, como fracturas que requieren cirugía o largos periodos de inmovilización. A pesar de ello, pueden evitarse con algunos consejos.
Marcelo Tadeu Caiero, presidente de la Sociedad Brasileña de Traumatología Ortopédica, explica que varios factores aumentan el riesgo de caídas en las personas mayores.
Entre ellos, la debilidad muscular, los efectos secundarios de la medicación, los trastornos neurológicos y los problemas ortopédicos o sensoriales.
La prevención de las caídas pasa por la evaluación clínica y el seguimiento médico para identificar las condiciones de riesgo.
Actividad física regular
Los ejercicios físicos específicos ayudan a mejorar la fuerza muscular y el equilibrio.
Dieta equilibrada
Consultar a un nutricionista es importante para mantener la salud ósea y muscular de los ancianos, previniendo las debilidades que causan las caídas.
Preparación del hogar
Eliminar obstáculos, instalar barras de apoyo y mejorar la iluminación del hogar son muy buenas medidas preventivas.
Otras recomendaciones son evitar las alfombras, instalar pasamanos, utilizar alfombrillas antideslizantes en el baño y evitar los suelos mojados.
Ropa adecuada
Evitar la ropa que pueda enredarse y llevar calzado cerrado y antideslizante ayuda a mantener el equilibrio y a combatir las caídas.
Las caídas frecuentes pueden llegar a ser mortales en las personas de mayor edad.
Las caídas pueden causar secuelas dolorosas y permanentes, como fracturas que requieren cirugía o largos periodos de inmovilización. A pesar de ello, pueden evitarse con algunos consejos.
Marcelo Tadeu Caiero, presidente de la Sociedad Brasileña de Traumatología Ortopédica, explica que varios factores aumentan el riesgo de caídas en las personas mayores.
Entre ellos, la debilidad muscular, los efectos secundarios de la medicación, los trastornos neurológicos y los problemas ortopédicos o sensoriales.
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Los ejercicios físicos específicos ayudan a mejorar la fuerza muscular y el equilibrio.
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Otras recomendaciones son evitar las alfombras, instalar pasamanos, utilizar alfombrillas antideslizantes en el baño y evitar los suelos mojados.
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