• hace 6 meses
“Cuando quieras divertirte de verdad / Cuando quieras disfrutar con emoción / Venite aquí, al Italpark, al Italpark, al Italpaaaaaark”. El famoso jingle publicitario del parque de diversiones porteño fue lanzado en los años 80, cuando las principales atracciones del lugar eran la reluciente montaña rusa Corkscrew y el juego giratorio Matter Horn, además del también moderno Samba. Pero ese emprendimiento fundado por tres hermanos de origen italiano, los Zanon, ya había cumplido por entonces más de dos décadas de existencia, atravesando la vida de varias generaciones de niños, jóvenes y adultos, y apuntando hacia el futuro. Un futuro truncado apenas unos años más tarde, a mediados de 1990, cuando un desperfecto técnico en el Matter Horn acabó con la vida de una joven de quince años. El último clavo en el ataúd de un ícono de Buenos Aires que, dicen, ya no era lo que solía ser. Esos treinta años de permanencia en la historia de la ciudad y en la memoria de miles y miles de visitantes es la que cuenta Italpark, el documental de Juan Carlos Domínguez estrenado hace un par de meses en el Bafici.

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