• hace 6 meses
El último escape está construida a partir de varias líneas cuyas intersecciones crean una potente trenza narrativa. Por un lado la historia en tiempo presente de Bernard, cuya vida sigue anclada en lo ocurrido aquella madrugada sobre la arena. Porque aunque se casó y tuvo hijos, nietos y bisnietos, nunca pudo superar la culpa del sobreviviente. Consciente de la cercanía de su final, ahora siente la imperiosa necesidad regresar a homenajear a los que él considera los verdaderos héroes. En especial a uno, a quien lo ata un efímero pero profundo vínculo.

La película elige no poner su foco solo sobre el hombre al que le tocó ser protagonista de la peor parte de esta historia, sino que amplía el rango de su mirada para incluir a quienes se quedaban esperando a sus seres queridos, aterrorizados por la posibilidad de recibir la peor noticia. Ese es el lugar de Irene, la esposa de Bernard, quien durante la guerra trabajaba en una fabrica de municiones y que ahora convive con su marido en el mismo hogar de ancianos. Ella representa otra clase de heroísmo aún más silencioso, pero igual de conmovedor. Navegando entre el presente y el pasado, a partir de estos dos personajes El último escape consigue retratar de forma luminosa uno de los momentos más oscuros de la humanidad.

Recomendada