El economista, ingeniero industrial y pasado director de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), Magín Díaz Domingo, advirtió que el presidente Luis Abinader y su administración tienen un pesado y complicado compromiso al plantearse una reforma fiscal que haga frente al déficit de aproximadamente un 5 por ciento del Producto Interno Bruto.
Dice que existe un problema estructural en la economía dominicana, y que se ha mantenido durante varios periodos de gobierno, que consiste en que la administración pública recibe un 15% del PIB y gasta un 19%, para un déficit anual de aproximadamente 200 mil millones de pesos, de acuerdo con los datos del 2023.
Explicó que la deuda no es problema, porque está controlada, pero los intereses se comen cada año el 4% del PIB, el mismo monto que se destina a educación. Y si el presidente ha dicho que hay que aumentar los presupuestos de salud, seguridad ciudadana, la frontera y la inversión pública, el gobierno tendrá que aumentar las recaudaciones.
Ese déficit se subsana con cobros de adelantos de impuestos, con amnistías fiscales y con préstamos, pero llegará el momento en que haya que resolver ese problema, y ahora Abinader tiene la oportunidad de resolverlo.
Dijo que el sistema fiscal está distorsionado, porque la presión fiscal es baja y está mal distribuida, pues hay sectores que pagan más impuestos que el promedio, como las telecomunicaciones, financiero, y hay otros que han caído en sus recaudaciones para el Estado, como los alcoholes e industrias.
Admitió que la evasión fiscal es como un deporte nacional, que no se penaliza, y hay quienes consideran héroes a los que evaden. En ese sentido el gobierno tiene que comenzar a cazar fuera del zoológico. No descubrirá la rueda ni inventará impuestos que no se conozcan.
Dice que existe un problema estructural en la economía dominicana, y que se ha mantenido durante varios periodos de gobierno, que consiste en que la administración pública recibe un 15% del PIB y gasta un 19%, para un déficit anual de aproximadamente 200 mil millones de pesos, de acuerdo con los datos del 2023.
Explicó que la deuda no es problema, porque está controlada, pero los intereses se comen cada año el 4% del PIB, el mismo monto que se destina a educación. Y si el presidente ha dicho que hay que aumentar los presupuestos de salud, seguridad ciudadana, la frontera y la inversión pública, el gobierno tendrá que aumentar las recaudaciones.
Ese déficit se subsana con cobros de adelantos de impuestos, con amnistías fiscales y con préstamos, pero llegará el momento en que haya que resolver ese problema, y ahora Abinader tiene la oportunidad de resolverlo.
Dijo que el sistema fiscal está distorsionado, porque la presión fiscal es baja y está mal distribuida, pues hay sectores que pagan más impuestos que el promedio, como las telecomunicaciones, financiero, y hay otros que han caído en sus recaudaciones para el Estado, como los alcoholes e industrias.
Admitió que la evasión fiscal es como un deporte nacional, que no se penaliza, y hay quienes consideran héroes a los que evaden. En ese sentido el gobierno tiene que comenzar a cazar fuera del zoológico. No descubrirá la rueda ni inventará impuestos que no se conozcan.
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