Ambientada después de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la película sigue a Liam (Sam Claflin), un ex convicto que intenta recuperar el amor y la confianza de su familia. Ha perdido todo a manos de un sindicato local del crimen dirigido por Clifford Cullen (Spall), que tiene conexiones de alto nivel en política, finanzas y la policía. El impulso de redención de Liam lo ve atrapado en una red de conspiración, crimen y corrupción.
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