La prensa deportiva noruega pasó por minutos bochornosos cuando un joven tuvo la ocurrencia de bajarse los pantalones y los calzoncillos ante la lente de la cámara de la cadena NRK1.
El peculiar suceso se dio hace unos días en el Estadio de Lerkendal, en la ciudad noruega de Trondheim, unas horas después del partido que jugaron el Rosenborg local y el Bayer Leverkusen de Alemania, en el marco de la Europa League, cuando el citado medio comenzó a entrevistar al encargado del cuidado del estado, diálogo que en un inicio fue opacado por el exhibicionista.
A pesar de que el joven hizo su máximo esfuerzo para atraer la atención y aparecer en primer plano, el camarógrafo lo ignoró y se enfocó en resaltar el rostro del entrevistado, acción que provocó que todo acto vandálico del joven quedara sin efecto, a pesar de que éste brincó e hizo todo lo que estaba a su alcance para mostrar sus partes nobles.
Después de unos minutos, los policías sometieron al rijoso, a quien no le quedó otra alternativa que obedecer a los oficiales y abandonar la friolenta escena, al asegurarse que aquella noche el termómetro marcaba -15 grados centígrados y la emisión en ese instante estaba siendo seguida por más de 3 millones de televidentes.
El peculiar suceso se dio hace unos días en el Estadio de Lerkendal, en la ciudad noruega de Trondheim, unas horas después del partido que jugaron el Rosenborg local y el Bayer Leverkusen de Alemania, en el marco de la Europa League, cuando el citado medio comenzó a entrevistar al encargado del cuidado del estado, diálogo que en un inicio fue opacado por el exhibicionista.
A pesar de que el joven hizo su máximo esfuerzo para atraer la atención y aparecer en primer plano, el camarógrafo lo ignoró y se enfocó en resaltar el rostro del entrevistado, acción que provocó que todo acto vandálico del joven quedara sin efecto, a pesar de que éste brincó e hizo todo lo que estaba a su alcance para mostrar sus partes nobles.
Después de unos minutos, los policías sometieron al rijoso, a quien no le quedó otra alternativa que obedecer a los oficiales y abandonar la friolenta escena, al asegurarse que aquella noche el termómetro marcaba -15 grados centígrados y la emisión en ese instante estaba siendo seguida por más de 3 millones de televidentes.
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