¿Crees que podrías distinguir entre un rostro humano y uno generado por inteligencia artificial? Puede que sea más difícil de lo que piensas.
Los investigadores han revelado la dificultad que enfrentan las personas para distinguir entre imágenes humanas reales y las generadas por IA.
En total, casi el 40 por ciento de las personas son incapaces de distinguir un rostro falso.
Esta revelación llega en un momento en que las imágenes generadas por IA son cada vez más sofisticadas.
En la investigación participaron 260 personas, a las que se presentaron 20 imágenes sin etiquetas que indicaran su origen.
La mitad de las imágenes eran fotos de personas reales encontradas en Google, mientras que la otra mitad fue creada por Stable Diffusion y DALL-E.
La tarea era sencilla: identificar qué imágenes eran reales y cuáles eran producto de la IA.
Sorprendentemente, solo el 61% de los participantes pudo distinguir con precisión entre ambas.
Se basaron en detalles como los dedos, los dientes y los ojos, rasgos que creían que delatarían la naturaleza artificial de las imágenes.
Sin embargo, estos indicadores no eran tan fiables como se esperaba.
El ritmo extremadamente rápido al que se está desarrollando la tecnología de IA hace que sea especialmente difícil comprender el potencial de acción maliciosa o nefasta que plantean las imágenes generadas por IA, Andreea Pocol, de la Universidad de Waterloo.
Dado que las imágenes generadas por IA son cada vez más reales, el uso indebido de la IA para crear imágenes convincentes es un aspecto alarmante de esta tecnología.
La desinformación no es nueva, pero las herramientas de desinformación han ido cambiando y evolucionando constantemente. Puede llegar un momento en que la gente, por muy entrenada que esté, siga teniendo dificultades para diferenciar las imágenes reales de las falsas, Andreea Pocol, de la Universidad de Waterloo.
Los investigadores han revelado la dificultad que enfrentan las personas para distinguir entre imágenes humanas reales y las generadas por IA.
En total, casi el 40 por ciento de las personas son incapaces de distinguir un rostro falso.
Esta revelación llega en un momento en que las imágenes generadas por IA son cada vez más sofisticadas.
En la investigación participaron 260 personas, a las que se presentaron 20 imágenes sin etiquetas que indicaran su origen.
La mitad de las imágenes eran fotos de personas reales encontradas en Google, mientras que la otra mitad fue creada por Stable Diffusion y DALL-E.
La tarea era sencilla: identificar qué imágenes eran reales y cuáles eran producto de la IA.
Sorprendentemente, solo el 61% de los participantes pudo distinguir con precisión entre ambas.
Se basaron en detalles como los dedos, los dientes y los ojos, rasgos que creían que delatarían la naturaleza artificial de las imágenes.
Sin embargo, estos indicadores no eran tan fiables como se esperaba.
El ritmo extremadamente rápido al que se está desarrollando la tecnología de IA hace que sea especialmente difícil comprender el potencial de acción maliciosa o nefasta que plantean las imágenes generadas por IA, Andreea Pocol, de la Universidad de Waterloo.
Dado que las imágenes generadas por IA son cada vez más reales, el uso indebido de la IA para crear imágenes convincentes es un aspecto alarmante de esta tecnología.
La desinformación no es nueva, pero las herramientas de desinformación han ido cambiando y evolucionando constantemente. Puede llegar un momento en que la gente, por muy entrenada que esté, siga teniendo dificultades para diferenciar las imágenes reales de las falsas, Andreea Pocol, de la Universidad de Waterloo.
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