• hace 10 meses
Hasta el siglo XVI, la humanidad tenía un único centro: Dios. Él era a quien se achacaba el destino del Hombre hasta que, con la llegada del Renacimiento, se empezó a abrazar el antropocentrismo, la idea de que "el ser humano tiene que poder construir su propio destino con sus propios medios", explica el filósofo Nemrod Carrasco en 'El Faro'. Pero ahora que la tecnología se ha instalado en el centro de nuestras vidas, cabe preguntarse si estamos entrando en la era del 'robotcentrismo', esa en la que el humano gira en torno a la máquina y es ella quien toma sus decisiones. Navarro responde: "Claro, puede ser cualquier cosa. Lo que nos demuestra la Historia es que no hay ningún centro que sea inmutable".

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