El cónclave borbónico que ha tenido lugar este miércoles por el 60 cumpleaños de la infanta Elena nos ha dejado una estampa entrañable, una verdadera demostración perfectamente guionizada de unidad y armonía para acallar los rumores de crisis en el seno de la Familia Real. La guinda del pastel con el que han cerrado el encuentro ha sido la despedida entre la protagonista del día y su padre, el emérito, que ya corre como la pólvora por las redes sociales.
Es de sobra conocida la conexión y complicidad entre don Juan Carlos y su primogénita y este miércoles han querido inmortalizarla delante de las fotógrafos con una cadena de gestos más propia de unos colegas que de padre e hija. Tras la protocolaria genuflexión de doña Elena al emérito, ambos se han dibujado una cruz en la frente (símbolo de bendición y protección) para después chocar las manos, agarrarse con un giro de muñeca y palmearse los hombros. En redes ya lo han bautizado como el "saludo molón" de don Juan Carlos.
Es de sobra conocida la conexión y complicidad entre don Juan Carlos y su primogénita y este miércoles han querido inmortalizarla delante de las fotógrafos con una cadena de gestos más propia de unos colegas que de padre e hija. Tras la protocolaria genuflexión de doña Elena al emérito, ambos se han dibujado una cruz en la frente (símbolo de bendición y protección) para después chocar las manos, agarrarse con un giro de muñeca y palmearse los hombros. En redes ya lo han bautizado como el "saludo molón" de don Juan Carlos.
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